Madrid, 19 feb (EFE).- La economía de la zona euro crecerá en 2016 al 1,8 %, apoyada por el buen comportamiento de la demanda doméstica, a pesar del aumento de incertidumbres como la política económica en España, y el riesgo de salida del Reino Unido de la Unión Europea, según un informe de BBVA (MC:BBVA) Research.
El servicio de estudios de la entidad estima que el PIB de la eurozona podría estar creciendo el 0,5 % en tasa intertrimestral entre enero y marzo debido al aumento del consumo público y privado.
El mayor crecimiento se daría en España y Alemania, frente a la débil recuperación de Francia e Italia.
Por este motivo, a pesar de la caída en los indicadores de confianza en enero, BBVA Research mantiene sus previsiones de crecimiento del 1,8 % para 2016 y adelanta un 2 % en 2017, al tiempo que prevé que continúe la senda de mejora del mercado de trabajo, si bien a un ritmo algo menor.
Sin embargo, alerta de que la inversión privada, necesaria para acceder a un crecimiento más duradero, se verá lastrada por el complejo escenario político en Europa y la incertidumbre sobre la evolución de los mercados financieros.
El estudio destaca que se han intensificado los riesgos a la baja, tanto internos como externos, al tiempo que Europa se enfrenta a las dudas sobre la rentabilidad del sistema bancario, reflejadas recientemente en la caída de las bolsas.
Así, señala varios "problemas domésticos" que podrían limitar el impulso de la demanda interna, entre ellos la incertidumbre sobre la política económica en España, la probabilidad de salida del Reino Unido de la Unión Europea, las discrepancias sobre la crisis migratoria y la situación en Grecia, todavía en vías de resolución.
Por otra parte, el estudio apunta que la desaceleración de la economía china y del crecimiento mundial, junto a la nueva caída de los precios del petróleo, son los principales factores externos que afectarán este año a la economía global con impacto en la economía europea.
Según BBVA, estos factores contribuirían a intensificar las tensiones financieras en los mercados emergentes y a elevar el riesgo de crédito en las empresas más vinculadas a las materias primas, aunque confía en que las debilidades de la economía china sean temporales.
El informe también subraya que la caída de los precios a nivel global y la subida de los tipos de interés de la Reserva Federal de EEUU suponen un entorno externo desfavorable para las exportaciones europeas, por lo que prevé una moderación de la demanda externa de entorno al 0,7 % entre 2016 y 2017, con un impacto negativo sobre el PIB de una o dos décimas en los próximos dos años.
Pese a ello, el estudio muestra que la bajada de los precios del crudo supone una reducción de los costes de las empresas y una inyección de renta disponible para las economías de la eurozona, lo cual contribuirá a aumentar el consumo.
No obstante, advierte del efecto negativo del nuevo "shock" del petróleo, que reducirá la inflación a la vez que complicará la gestión de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), lo que ha llevado a BBVA a revisar a la baja las previsiones de inflación para 2016 (del 1,1 % al 0,2 %) y para 2017 (del 1,7 % al 1,4 %).