La mayoría de los microplásticos encontrados en muestras de agua embotellada y del grifo eran menores de 20 micras (μm), según unos investigadores que instan a la Unión Europea a actualizar su límite de detección recomendado para incluir estas finas partículas de plástico.
Los científicos analizaron 10 marcas diferentes de agua embotellada y una fuente de agua del grifo en Toulouse (Francia) con un nuevo método para detectar microplásticos finos menores de 20 μm, que hasta la fecha se han omitido en muchos estudios debido a las limitaciones de detección, afirman.
Una reciente decisión metodológica de la Unión Europea de marzo de 2024 sobre la medición de microplásticos en el agua potable la limita a las partículas más grandes "con una dimensión comprendida entre 20 μm y 5 mm".
Una nueva investigación reveladoraPero los microplásticos más pequeños tienen más probabilidades de pasar a través del intestino a la sangre y los órganos, escribieron los investigadores en el nuevo estudio publicado en la revista 'PLOS Water'.
"La idea del trabajo era demostrar que es posible analizar los plásticos muy finos y los microplásticos e intentar demostrar a la Unión Europea que no tiene mucho sentido fijar el límite de detección en 20 micras", declaró Oskar Hagelskjaer, director general y fundador de Microplastic Solution y primer autor del estudio.
Según declaró a 'Euronews Health', el nuevo estudio demuestra que pueden "analizar esta fracción inferior a 20 micras, que es el rango de tamaño que se ha considerado más peligroso para la salud humana".
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El estudio constató que la gran mayoría eran microplásticos muy finos: el 98% de los encontrados en las muestras tenían menos de 20 μm, y el 94% menos de 10 μm de diámetro. La diferencia clave en su metodología fue una instrumentación más sensible y un control de calidad para garantizar que el proceso de detección no contaminara la muestra.
Bethanie Carney Almroth, catedrática de Ecotoxicología de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), que no participó en el estudio, declaró a 'Euronews Health' que la metodología del estudio era "bastante sólida", ya que tenían en cuenta lo que podía ocurrirle a la muestra durante el procesamiento, así como la precisión de sus mediciones.
Un problema generalizado
Los investigadores encontraron una amplia gama de microplásticos tanto en el agua embotellada como en el agua del grifo, con un rango de 19 a 1.154 partículas microplásticas por litro.El agua del grifo de Toulouse contenía 413 partículas de microplásticos por litro, una cifra superior a la de ocho de las diez muestras de agua embotellada, aunque Hagelskjaer señaló que es peligroso sacar conclusiones basándose en una sola muestra de agua del grifo.
Los resultados, sin embargo, indican que "el agua embotellada y el agua superficial tratada contienen concentraciones similares de microplásticos, mientras que el agua potable de origen subterráneo puede estar menos contaminada", escribieron los investigadores en el estudio.
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La concentración de microplásticos se asemejaba a la de otras fuentes de agua potable tratada, pero era aproximadamente 10 veces superior a la del agua potable de origen subterráneo en Dinamarca, añadieron.
Según Hagelskjaer, esto tiene sentido, ya que las aguas subterráneas se filtran a través del suelo y tienen una "filtración natural", mientras que el agua del grifo de Toulouse procede principalmente del río Garona y pasa por un proceso de filtración de 10 pasos. Especuló que este proceso o el río pueden provocar la contaminación por microplásticos.
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Añadió que un hallazgo que le pareció "muy curioso" fue que, aunque las muestras de agua embotellada estaban envasadas en botellas de tereftalato de polietileno (PET), el contenido de PET no era el plástico más prevalente. Esto significa que las botellas podrían no ser las principales responsables de la presencia de plásticos en el agua.
Según Carney Almroth, no está claro qué significan estos microplásticos en general para la salud humana. "Los encuentran por todas partes. Sabemos que los tenemos en el cuerpo", dijo, y añadió que "ahora están apareciendo pruebas que demuestran el impacto de esas exposiciones en la salud". "Es un problema muy generalizado", añadió, "no queda ningún lugar en el planeta que no esté contaminado".