París, 17 ene (.).- La moción de censura que el pasado 5 de diciembre tumbó al Gobierno del primer ministro conservador Michel Barnier ha restado tres décimas al crecimiento de la economía francesa y ha privado a las arcas públicas de 6.000 millones de euros, según el actual ministro de Economía, Éric Lombard.
En una entrevista este viernes en el canal BFMTV, Lombard rechazó la idea de que el acuerdo de su Gobierno con el Partido Socialista para evitar que sus diputados votaran el jueves una moción de censura contra el actual primer ministro, el centrista François Bayrou, no será una carga para la economía francesa por las concesiones presupuestarias, sino todo lo contrario.
"Lo que ha salido muy caro -destacó- es la moción de censura porque se ha traducido en dos cosas: una reducción del crecimiento económico porque la incertidumbre genera un parón de las inversiones y de contrataciones y menor recaudación".
Precisó que "hemos perdido seguramente 0,3 puntos de crecimiento" y "6.000 millones" de recaudación.
Insistió en que "el acuerdo con el Partido Socialista no es costoso. Permitirá relanzar la economía más rápido" y de esa forma "va a generar actividad, va a generar ingresos".
El ministro de Economía ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento económico para 2025 y las ha dejado en un 0,9 %, en lugar del 1,1 % que contemplaba el Ejecutivo de Barnier en su proyecto de presupuestos.
Lombard está preparando ahora los presupuestos para 2025, que no pudieron salir adelante durante el breve Gobierno de Barnier, y que fueron precisamente el motivo que desencadenó la moción de censura de diciembre, votada por todos los partidos de izquierdas y por la extrema derecha de la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen.
La moción de censura debatida ayer, que había sido presentada por La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, no prosperó porque no la apoyaron ni los diputados del RN ni la mayor parte de los socialistas, que de esta manera se desmarcaron del resto de los grupos de la coalición de izquierdas.
El Partido Socialista justificó esa posición por una larga lista de concesiones conseguidas por parte de Lombard y de Bayrou de cara a los presupuestos y presentadas en un comunicado.
Entre ellas destaca las renuncias a congelar las pensiones de los 17 millones de jubilados; a aumentar los impuestos sobre la electricidad; a disminuir el reembolso por la Seguridad Social de las visitas médicas o de algunos medicamentos; a suprimir 4.000 empleos en la educación; o a recortar la dotación presupuestaria para los ayuntamientos.
Además, el Ejecutivo ha accedido a aumentar algunos impuestos que gravan a los más ricos o a algunas rentas financieras y a convocar desde hoy a sindicatos y patronal para abrir un periodo de concertación de tres meses que, en caso de acuerdo, podría modificar la contestada reforma de las pensiones de 2023 que retrasa la edad mínima de jubilación de los 62 a 64 años.