Madrid, 27 jul (.).- La morosidad empresarial bajó un 0,5 % en el primer trimestre de 2016 hasta situarse en los 93,5 puntos, lo que rompe la tendencia al alza de los últimos nueve meses, y el periodo medio de pago se redujo hasta los 79,4 días, según el Boletín de Morosidad y Financiación elaborado por Cepyme.
Durante la presentación del informe, el secretario general de Cepyme, José Alberto González-Ruiz, ha explicado que la reducción en más de un día del periodo medio de pago y el mejor comportamiento de la morosidad se deben a una situación económica más favorable, apoyada por la recuperación de la demanda interna y la creación de empleo.
Asimismo, ha afirmado que la economía española se ve favorecida por factores externos como los bajos precios del petróleo, la política monetaria expansiva de Banco Central Europeo (BCE) y los bajos tipos de interés, lo que ayuda a mejorar el clima empresarial.
No obstante, la deuda comercial en mora experimentó un ligero aumento de dos décimas respecto al trimestre anterior, al situarse en el 71,5 % del total del crédito, frente al 71,3 % registrado en diciembre.
Por otra parte, el coste financiero de la deuda comercial entre empresas se situó en torno a los 900 millones de euros, una cifra equivalente a casi el 0,1 % del PIB español, aunque dicho coste se mantiene en los niveles más bajos desde el inicio de la serie histórica en 2011.
Según el estudio, el 43,1 % de las pequeñas y medianas empresas declaró tener facturas pendientes de cobro, de las que el 6 % aseguró que el importe de las mismas representa más del 20 % de su cifra de ventas.
Además, el porcentaje de empresas que tienen más del 10 % de su facturación en riesgo elevado de impago se redujo al 6 % del total de las pymes.
González-Ruiz ha insistido en que, pese a la mejora observada, España sigue teniendo unos periodos de pago muy elevados en comparación con otros países de su entorno, como Portugal (50 días) y Francia (40 días), lo que tiene "un efecto negativo en la competitividad de las pymes".
Por ello, ha reiterado la necesidad de que el próximo Gobierno establezca medidas para reducir "la cultura de morosidad", tales como elevar las sanciones a las entidades con solvencia y liquidez suficiente y acortar el periodo legal de pago, que actualmente es de 60 días.
Todos los sectores económicos muestran una mejora en los cobros de sus facturas en los primeros seis meses del año, aunque la hostelería y el comercio, así como el resto de servicios, son los que tienen mejores expectativas respecto al comportamiento de la morosidad de cara al resto del año.
En el primer trimestre destaca la reducción de más de 10 días en el periodo medio de cobro del sector de plásticos, que se situó en 77,5 días, mientras que en el textil experimentó un incremento de casi 7 días, hasta situarse en los 96,9 días.
En cuanto al tamaño de las empresas deudoras, el periodo medio de pago de las pequeñas y medianas empresas fue de 78,9 y de 83,3 días respectivamente, lo que supone 1,6 y 1,2 días menos que en el trimestre anterior.
Las microempresas aumentaron el tiempo de pago en 0,8 días, hasta alcanzar los 75,2 días.
Por comunidades y ciudades autónomas, las que tardaron menos en hacer efectivas sus facturas fueron Aragón (68,7 días), Castilla y León (72,2 días) y Cataluña (72,7 días).
Por el contrario, las que registraron los plazos de pago más largos fueron Canarias (89,3 días), La Rioja (87 días) y Ceuta y Melilla (86,9 días).
Respecto a la morosidad de las Administraciones Públicas, el periodo medio de pago a proveedores de las corporaciones locales creció hasta los 84,9 días, superando en 55 días el periodo legal de 30 días.
Las comunidades autónomas tardaron una media de 72,4 días, mientras que el Estado y los organismos públicos registraron el menor retraso de pago, con 48,7 días y 44,7 días respectivamente (18,7 y 4,7 días por encima de lo que marca la ley).
El boletín de Cepyme indica que el crédito financiero concedido a las empresas se redujo un 9 % respecto al primer trimestre del año anterior, hasta situarse en una tasa negativa del 8,8 %, debido a la caída del crédito al sector de la construcción.