Lisboa, 21 may (EFE).- La policía portuguesa hizo hoy registros en la sede de una empresa relacionada con el Grupo Espírito Santo por orden del juez que instruye el caso, que investiga si se puede imputar algún delito a sus responsables por la caída del conglomerado.
Así lo confirmó hoy a EFE un portavoz de la Fiscalía lusa, que precisó también que la compañía objeto de los registros se encuentra en Lisboa, sin facilitar más detalles.
Estas búsquedas se producen apenas 48 horas después de que el Ministerio Público ordenara el embargo preventivo de centenares de propiedades e inmuebles a personas y empresas vinculadas con este Grupo.
Con esta medida se pretende garantizar el pago de futuras sanciones derivadas de una hipotética condena a los implicados.
Aunque la Fiscalía declinó comentar el valor de lo embargado, medios lusos lo cuantificaron en cerca de mil millones de euros.
Varias sociedades del Grupo Espírito Santo, con intereses en diferentes sectores como el financiero (a través del banco BES), en los seguros, el turismo o la agroalimentación, se encuentran actualmente en concurso de acreedores, tras declararse en insolvencia.
El derrumbe del conglomerado empresarial -uno de los más importantes de todo Portugal- comenzó hace justo hoy un año, cuando se hizo pública una auditoría que encontró "irregularidades relevantes" en una de sus principales subsidiarias y se advirtió de su "grave situación financiera".
Desde ese momento, el Grupo se vio sometido a una intensa presión debido a las dudas sobre el verdadero estado de sus cuentas.
De acuerdo con las conclusiones de la comisión parlamentaria que investigó su caída, los responsables de la compañía utilizaron el BES para financiar filiales del conglomerado empresarial con el propósito de intentar asegurar su supervivencia a través de créditos que eran difícilmente recuperables.
Finalmente, el Banco de Portugal decidió retirar de la gestión del BES a Ricardo Salgado, la cara visible del Grupo, y acabó interviniendo la entidad y dividiéndola en dos: una parte tóxica que mantiene el mismo nombre comercial y otra con sus activos saludables llamada Novo Banco.
Actualmente, las autoridades lusas investigan si los directivos del banco y del emporio familiar cometieron algún delito debido a las sospechas de mala gestión y fraude fiscal.