Investing.com – La tasa de desempleo del Reino Unido subió inesperadamente hasta el 7,2% entre octubre y diciembre, según datos publicados este miércoles, avivando las sospechas de que el Banco de Inglaterra va a mantener sin cambios sus tipos de interés durante algún tiempo.
El Instituto Británico de Estadística (ONS por sus siglas en inglés) anunció que la tasa de desempleo de la nación subió hasta el 7,2% entre octubre y diciembre, desde la lectura de 7,1% que registrara en el trimestre anterior.
Los analistas habían previsto que la tasa de paro no registrara variaciones.
Según el ONS, la cantidad de personas que solicitaron ayudas por desempleo en el Reino Unido descendió más de lo esperado en enero. El número total de solicitantes cayó el mes pasado en 27.600 en términos estacionalmente ajustados, hasta una lectura de 1,22 millones de personas.
Mientras tanto, el índice de remuneración media subió un 1,1% hasta diciembre; durante el mes anterior se había registrado una subida del 0,2%.
Por otra parte, las actas de la reunión de febrero del Banco de Inglaterra evidenciaron que los responsables no procedieron a la votación hasta actualizar este mes las orientaciones del regulador en cuanto a la evolución futura de los tipos de interés, declarando unánimemente que hacía falta un ajuste.
El banco actualizó las orientaciones del regulador y explicó que no subirá los tipos hasta que la capacidad disponible de la economía del Reino Unido haya sido completamente absorbida, lo que no cree que ocurra hasta 2015.
El agosto pasado, el banco anunció que no consideraría una subida de los tipos hasta que la tasa de desempleo no se situara por debajo del 7%, pero ahora parece que ese objetivo se alcanzará mucho antes de lo que el banco había previsto.
El banco aseguró que tendría en cuenta un amplio abanico de indicadores, incluidos los salarios y la productividad, a la hora de decidir subir los tipos y añadió que, cuando los tipos suban, lo harán paulatinamente.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, señaló que, aunque la economía del Reino Unido había “ganado fuelle”, esta aún no era “ni equilibrada ni sostenible”.