La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha señalado que la economía global podría experimentar períodos prolongados de volatilidad inflacionaria debido a importantes transformaciones económicas. Durante un evento del Fondo Monetario Internacional en Washington, Lagarde destacó que cambios como la desglobalización, el proteccionismo y los avances tecnológicos han desconcertado a economistas y bancos centrales, que fueron tomados por sorpresa por el reciente repunte de la inflación.
Lagarde, quien asumió el liderazgo del BCE justo antes del inicio de la pandemia de COVID-19, enfatizó la necesidad de que los bancos centrales mantengan flexibilidad en lugar de buscar nuevos mandatos para hacer frente a un futuro cada vez más incierto.
La presidenta del BCE subrayó la importancia de adherirse a los marcos de objetivos de inflación para mantener estable la formación de precios, incluso cuando los métodos de conducción de la política monetaria puedan evolucionar.
Un cambio notable, según Lagarde, es el auge de empresas "superestrella" dominantes en el sector digital, que dependen menos del financiamiento externo y tienen una menor participación laboral, haciéndolas menos sensibles a las fluctuaciones de las tasas de interés.
Esta erosión de la influencia de los bancos centrales podría contrarrestarse con una posible reversión en las tendencias de globalización, con empresas acercando la producción a sus países de origen, lo que las haría más sensibles a los cambios en las tasas de interés y podría mejorar la eficacia de la política monetaria.
Sin embargo, tal cambio hacia la "relocalización cercana" o "relocalización amistosa" también podría conducir a una mayor volatilidad inflacionaria. Además, la creciente prominencia de las empresas fintech en el sector crediticio presenta desafíos adicionales para los bancos centrales.
Aunque estas empresas pueden extender crédito de manera más eficiente, son más susceptibles a los cambios en el entorno económico, potencialmente exacerbando los ciclos crediticios y la volatilidad durante tiempos de estrés económico.
Los comentarios de Lagarde llegan en un momento en que los bancos centrales de todo el mundo lidian con las complejidades de dirigir las economías a través de aguas desconocidas, donde las herramientas y estrategias tradicionales pueden no ser suficientes. Las perspectivas de la presidenta del BCE sugieren que los bancos centrales deben estar preparados para un panorama donde la inflación es menos predecible y la transmisión de la política monetaria es más incierta.
Reuters contribuyó a este artículo.
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