Lisboa, 4 ago (EFE).- Los afectados por el papel comercial del colapsado Banco Espírito Santo (BES) volvieron hoy a protestar por la falta de información proporcionada por la entidad heredera del BES, "Novo Banco", institución que se venderá las próximas semanas.
Los aledaños de la sede del "Novo Banco" en Lisboa fueron de nuevo empapelados por la asociación de afectados del BES con pancartas que incluían mensajes como "No nos vamos sin nuestro dinero", "Fuimos engañados por nuestro banco, queremos justicia" o "Gobierno dimisión".
La simbólica protesta, que atrajo la atención de los viandantes, se produce a pocas semanas de que el Banco de Portugal (BdP) y el Gobierno portugués ejecuten la venda del "Novo Banco" a uno de los tres aspirantes a adquirirlo.
Una manifestante de unos 60 años que quiso mantener el anonimato expresó a EFE su desazón por la situación -miles de ahorradores perdieron sus inversiones- y constató que no tiene demasiadas expectativas acerca del futuro dueño del banco.
"La nueva administración no solucionará nada. Seguirán igual. Nosotros solo queremos nuestro dinero", aseveró la mujer.
Extraoficialmente, las entidades chinas Fosun y Angbang, así como el fondo estadounidense Apollo son los candidatos en firme a comprar el "Novo Banco".
La manifestante denunció que fue engañada por el BES, pues le conminaron a invertir en un producto (papel comercial o deuda a corto plazo) bajo el rótulo de no tener "ningún tipo de riesgo".
Antes de su quiebra en julio de 2014, el BES vendió deuda a corto plazo de su Grupo Espírito Santo (GES) a clientes minoristas, a los que se hizo creer que invertían en un producto de bajo riesgo.
Se calcula que cerca de 2.500 clientes, que depositaron 550 millones de euros en este producto, están pendientes de recuperar su inversión y muchos de ellos ya han accionado servicios jurídicos para su defensa.
El papel comercial del Grupo Espírito Santo se incluyó entre los activos tóxicos del BES, según decretó el BdP.
De este manera se les excluyó del Novo Banco, creado solo a partir de los activos saludables de la BES y recapitalizado con 3.900 millones de euros procedentes del Estado y otros 1.000 millones del sistema financiero portugués.