Londres, 26 sep (.).- Los laboristas británicos prometieron hoy subir el salario mínimo por encima de 10 libras la hora (11,4 euros) e intervenir en la economía si llegan al poder en las elecciones de 2020, según su portavoz de Economía, John McDonnell.
En el segundo día del congreso anual de la formación, la primera de la oposición británica, el político izquierdista presentó la visión económica de un Gobierno laborista bajo el mandato de Jeremy Corbyn, reelegido líder el sábado por abrumadora mayoría.
En su intervención en Liverpool, en el noroeste de Inglaterra, el considerado mano derecha de Corbyn prometió combatir la evasión fiscal, mejorar la calidad de vida de los trabajadores y crear lo que llama un "renacimiento industrial" del Reino Unido.
El principal punto de su intervención, de marcado tono izquierdista, ha sido la promesa de subir el salario mínimo por encima de 10 libras, frente a 7,20 libras (8,2 euros) actuales.
Para poner en marcha esta idea, los laboristas crearán un organismo independiente encargado de evaluar y fijar el nivel de salario mínimo necesario para llevar una "vida digna".
"Con un próximo Gobierno laborista, todo el mundo ganará lo suficiente para vivir. Cuando ganemos las próximas elecciones, vamos a convertir en ley el salario mínimo real", dijo el portavoz.
McDonnell se refería así al salario mínimo recomendado por los expertos, que actualmente es de 8,25 libras (9,40 euros), y no el oficial, que se sitúa en 7,20 libras.
"Los expertos independientes sugieren que este será de más de 10 libras la hora. Esta será una parte fundamental de una nueva negociación en el lugar de trabajo", agregó.
"Un salario decente no es sólo un derecho fundamental, es bueno para los negocios, es bueno para los empleados y es bueno para el Reino Unido", subrayó el responsable económico de la formación.
Pero, sobre todo, McDonnell delineó un programa económico cuyo esqueleto será intervencionista y destinado a apoyar a las industrias de cara al "brexit", la salida británica de la UE.
En ese sentido, McDonnell aclaró que los laboristas respetarán la decisión tomada por los británicos en el referéndum del pasado 23 de junio y que defenderán el acceso al mercado único europeo.
Al mismo tiempo, el político laborista acusó al Gobierno conservador de Theresa May de encontrarse "paralizado" ante lo que le toca negociar para sacar al país del bloque europeo, y también aseguró que una administración laborista defenderá los derechos de los trabajadores comunitarios que viven en el país.
McDonnel aseguró que no habrá un retorno a lo que llamó la economía del "casino", en referencia a las especulaciones con los negocios y las inversiones, tras el destacado caso del empresario Philip Green, que vendió por la simbólica libra de 1,1 euros unos grandes almacenes -BHS-, dejándolo en una grave crisis financiera, lo que motivó su cierre y la pérdida de numerosos empleos.
"Con el Laborismo no habrá Philip Greens", insistió McDonnall, el político que mantuvo su lealtad a Corbyn cuando éste recibió presiones de su grupo parlamentario para dimitir.
El Laborismo de Corbyn ya ha indicado que apoya volver a nacionalizar algunos sectores, en concreto los ferrocarriles, que privatizó la exprimera ministra conservadora Margaret Thatcher.
McDonnell recalcó al final del discurso que el Laborismo tiene la "visión de reconstruir y transformar al Reino Unido". En este partido uno ya no tiene que susurrar su nombre, se llama socialismo", enfatizó.
Corbyn fue reelegido el sábado líder tras unas elecciones internas, después de que el diputado Owen Smith le desafiara el liderazgo en julio por las divisiones internas con el grupo parlamentario.
En julio, una buena parte del llamado "gabinete en la sombra" presentó su dimisión por el descontento con Corbyn, debido a su tibio apoyo a la permanencia británica en la UE en la campaña para el referéndum europeo de junio.
Corbyn se impuso a Owen Smith al lograr el 61,8 % de los votos frente al 38,2 % obtenido por su rival.