Los planes de Francia para controlar su abultado presupuesto de aquí a 2029 obtuvieron el martes el apoyo de sus homólogos de la UE. Pero el primer ministro, François Bayrou, aún tiene que caminar por la cuerda floja para evitar el destino de su predecesor, Michel Barnier, que se vio obligado a dimitir en diciembre tras una disputa sobre el recorte de gastos que llevó a legisladores díscolos a votar en contra de su reinado.
"En general, Francia mantiene un nivel de ambición a lo largo de un periodo de siete años, aunque de forma menos anticipada", declaró el martes a la prensa el Comisario de Economía de la UE, Valdis Dombrovskis, sobre los planes para reducir el déficit, estableciendo una comparación con las propuestas presentadas por el Gobierno de Barnier el año pasado.
En el paquete de hoy, el Consejo de la UE ha acordado una estrategia plurianual detallada para que Francia, Bélgica, Italia, Malta, Polonia, Eslovaquia y Rumanía reduzcan sus elevados déficits. Bruselas aplica las estrictas normas fiscales del Tratado de la UE, abandonadas por el Covid-19 y reintroducidas recientemente con mayor flexibilidad. En virtud del acuerdo, Francia se ha comprometido a realizar importantes reformas estructurales en el seguro de desempleo, las pensiones y las energías renovables, aunque el partido del presidente Emmanuel Macron no tiene mayoría legislativa y dependerá de alianzas con la izquierda o la extrema derecha para avanzar.
En 2024, el déficit de Francia se disparó hasta el 6,2% del tamaño de su economía, lo que la convierte en el país más incumplidor de la eurozona, que exige a sus miembros mantener los saldos presupuestarios por debajo del 3%. Sin embargo, en las últimas semanas Bayrou se ha visto obligado a hacer concesiones a los legisladores de izquierdas, reduciendo el impacto de un plan que anteriormente suponía unos 40.000 millones de euros en recortes del gasto.
La semana pasada, sobrevivió a una moción de censura tras comprometerse a renegociar una reforma de las pensiones muy impopular encabezada por Macron, y a dar marcha atrás en sus planes de suprimir 4.000 puestos de trabajo en el sector de la educación pública. El Gobierno de Barnier sólo duró tres meses antes de derrumbarse. En diciembre, el ministro de Finanzas, Antoine Armand, fue sustituido por Eric Lombard, un banquero que anteriormente había ocupado puestos ejecutivos en BNP Paribas (EPA:BNPP) y Generali (BIT:GASI), y que el lunes y el martes se reunió formalmente con sus homólogos de la UE en Bruselas por primera vez.
En declaraciones a los periodistas tras la reunión en Bruselas, Lombard agradeció el apoyo de sus colegas de la UE y dijo que su presupuesto exigiría esfuerzos de todos, pero era "en interés del país".