Investing.com – Una vez más, como cada cuatro años, la élite del deporte mundial se da cita para competir por los laureles de la gloria en los Juego Olímpicos.
Mientras distinguidos atletas y consagrados deportistas se disputan el reconocimiento y las medallas, otra competición mucho más importante tiene lugar a nivel mundial. Los participantes de esta particular lucha no son ni altos, ni fuertes, ni jóvenes, ni rápidos, pero en sus manos está el futuro de la economía mundial: nos referimos a los bancos centrales.
El pasado jueves, 4 de agosto, el Banco de Inglaterra (BoE), liderado por el gobernador Mark Carney, decidió recortar los tipos de interés a su mínimo histórico del 0,25%. Además, la autoridad monetaria británica decidió ampliar su programa de estímulo para tratar de reactivar la economía nacional tras la decisión de abandonar la Unión Europea.
Mientras tanto, el débil crecimiento económico y la inexistente inflación en la eurozona acabarán por forzar al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, a ampliar su programa de compra de activos. Según los pronósticos de los analistas, esto podría suceder incluso en el próximo encuentro de la entidad.
Asimismo, el Banco de Japón de Haruhiko Kuroda aprobó en la última reunión de política monetaria una nueva serie de partidas de estímulo para la economía. En este caso, el banco central no logró saciar las expectativas del mercado, que había descontado la puesta en marcha de medidas más agresivas.
Por su parte, los inversores siguen haciendo sus apuestas sobre las probabilidades de que la Reserva Federal (Fed) afronte una nueva subida de los tipos de interés antes de finalizar el presente año.
Según el FedWatch Tool, herramienta elaborada por la entidad gestora de la Bolsa de Chicago para estimar dicha probabilidad, las posibilidades de ver un encarecimiento del precio oficial del dólar en el mes de diciembre solo ascienden hasta el 40%. En el caso del mes de septiembre, esta cifra se reduce hasta un escaso 9%.
Ante este panorama, el discurso que la presidenta de la Fed, Janet Yallen, pronunciará el viernes 26 de agosto en la convención de Jackson Hole podría ofrecer alguna pista de las intenciones del banco central estadounidense.
A la vista de cómo se han desarrollado los acontecimientos hasta la fecha, y embargados por el espíritu olímpico que flota en el ambiente, ¿quién merece ser el ganador de esta particular competición? Y lo que es más importante, ¿quién se hará finalmente con la medalla de oro?
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