Washington, 11 abr (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, comienza ya a preparar la próxima batalla contra los republicanos sobre el déficit fiscal para el año próximo, una vez solventado su enfrentamiento sobre el presupuesto actual.
El presidente estadounidense tiene previsto pronunciar este miércoles en la Universidad de George Washington, en la capital estadounidense, un discurso sobre responsabilidad fiscal en el que, según ha avanzado hoy la Casa Blanca, propondrá una serie de medidas para recortar un déficit presupuestario que este año se calcula que se situará en los 1,5 billones de dólares.
Según indicó en su rueda de prensa diaria el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, la residencia presidencial espera que las propuestas de Obama puedan convertirse en proyecto de ley, y quedar aprobadas por el Congreso, este mismo año, antes de la batalla electoral de 2012.
El presidente estadounidense "cree que esto podría producir una legislación de verdad, resultados tangibles", explicó Carney.
Las propuestas de Obama tratarán de persuadir a los republicanos de que verdaderamente busca recortar el déficit presupuestario, la gran demanda del partido de oposición, apenas días después de llegar a un acuerdo, el pasado viernes, para el presupuesto del año fiscal actual.
Ese acuerdo establece recortes de 38.500 millones de dólares en el gasto público para el año fiscal actual, que se centrarán especialmente en la ayuda al exterior.
Pero una vez resuelta esa disputa, que amenazaba con provocar la paralización de las actividades administrativas del Gobierno por falta de fondos, demócratas y republicanos prometen enfrentarse en nuevas luchas presupuestarias.
La primera de ellas será por la ampliación del techo legal de la deuda pública estadounidense.
Este techo se encuentra en los 14,3 billones de dólares y se encuentra a punto de quedar rebasado, algo que se proyecta que ocurra en mayo.
La Casa Blanca ha instado a los legisladores a aprobar una subida de ese techo legal sin imponer condiciones adicionales, pues de lo contrario la economía padecería consecuencias "catastróficas", según Carney.
"Votar contra el aumento de la deuda equivaldría a una batalla apocalíptica para la economía", apuntó el portavoz.
Al recordar que, cuando era senador, Obama votó en contra de una elevación de los niveles de deuda, Carney indicó que el presidente "lamenta haber votado de esa manera y se da cuenta que de fue un error".
Además del techo del déficit, la Casa Blanca y los republicanos se preparan también para un enfrentamiento del que el resuelto el viernes puede no haber sido más que un adelanto: la batalla por el presupuesto del año fiscal 2012, que comenzará el próximo octubre.
Los republicanos ya presentaron la semana pasada una propuesta presupuestaria, que los demócratas han calificado como imposible de poner en práctica.
Esta propuesta, elaborada por el congresista Paul Ryan, prevé ahorrar cerca de seis billones de dólares en diez años mediante profundos recortes en los programas de salud pública, Medicare y Medicaid.
El movimiento derechista Tea Party reclama, por su parte, a los republicanos que impongan medidas aún más drásticas para contener el gasto público.
La Casa Blanca asegura que la propuesta de Ryan nunca llegará a convertirse en ley, pues Obama "nunca va a apoyar muchas de las provisiones en ese proyecto", indicó el pasado domingo el asesor político del presidente, David Plouffe.
En la propuesta que presentará en su discurso del miércoles, declaró Plouffe, Obama "será claro sobre el tipo de reducción del déficit que necesitamos poner en marcha, tanto en cantidad de dólares como a lo largo de cuánto tiempo".
Según el alto funcionario, entre las propuestas que presentará Obama se incluirá la posibilidad de recortar gastos de Defensa y de la sanidad pública, así como la eliminación de deducciones de impuestos para los más acomodados.
En febrero pasado, la Cámara Baja, controlada por los republicanos, aprobó una medida con un recorte de 60.000 millones de dólares para 2011, pero ésta no prosperó en el Senado, bajo control demócrata. EFE