Lisboa, 27 jun (EFE).- El Gobierno portugués aseguró hoy que el país cuenta con reservas financieras suficientes para aguantar nuevas turbulencias en los mercados en caso de que éstas se produzcan por la falta de entendimiento entre Grecia y la UE.
En declaraciones a medios lusos desde Bruselas, la ministra de Finanzas de Portugal, María Luis Albuquerque, admitió que los inversores pueden reaccionar negativamente a la falta de consenso en la crisis griega.
No obstante, la representante del Ejecutivo conservador luso incidió en que Lisboa cuenta ahora con "una reserva financiera muy cómoda" para afrontar un nuevo aumento de la presión sobre la deuda soberana durante "varios meses".
Las negociaciones entre el Gobierno griego y los acreedores internacionales concluyeron hoy sin éxito después de que el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, rechazara las propuestas de las instituciones y anunciase un referéndum al respecto.
La ministra lusa reconoció que ésta es "una situación nunca vivida antes", por lo que es previsible "alguna perturbación en los mercados".
El Ejecutivo portugués se alineó con los países de la zona euro que acusaron a las autoridades griegas de "interrumpir unilateralmente las negociaciones", pero insistió en que por el momento no se ha discutido en el seno del Eurogrupo una posible salida de Atenas de la moneda común.
Portugal fue uno de los países comunitarios que recurrió a la ayuda financiera internacional de la UE y el FMI -como anteriormente hicieron Grecia e Irlanda- y entre 2011 y 2014 aplicó un severo programa de ajustes como contrapartida por su rescate.
Lisboa siguió los pasos de Dublín y logró cerrar con éxito ese período de asistencia financiera en mayo del pasado año, y desde entonces registra un suave crecimiento económico y la tasa de paro bajó ligeramente.
Además, Portugal cuenta ahora con un "colchón financiero" -el Gobierno luso preveía que este remanente ascendiera a 10.000 millones de euros a finales de 2015- tras lanzar numerosas subastas de títulos para aprovechar el descenso de las tasas de interés que exigían los inversores para comprar su deuda.