Por Salvador Martínez Mas
Berlín, 4 jul (.).- El canciller Olaf Scholz ha prometido un programa "turbo para el crecimiento" cuando estén listos los presupuestos que aún negocia la coalición de socialdemócratas, verdes y liberales, pero las negociaciones se dilatan y su margen de maniobra para relanzar la economía es estrecho.
En la última sesión de control al Gobierno, la oposición reprochó a Scholz no haber cumplido aún con aquella expresión suya del año pasado, en la que manifestaba que su país iba a vivir un "milagro económico" como el que experimentó la economía germana en los años 50 y 60 del siglo pasado, décadas en la que el crecimiento fue, respectivamente, del 8 % y del 4 %.
Con Scholz en la Cancillería Federal la marcha de la economía alemana se ha estancado.
En 2023 hubo recesión, con una contracción económica del 0,3 % del PIB, mientras que en este 2024 el crecimiento será de apenas un 0,3 %, según las previsiones elaboradas por el Ejecutivo alemán.
El canciller sostiene que su Gobierno ha puesto, pese a las circunstancias derivadas de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, las bases para una mejora económica. Además, él tiene un plan para estimular el crecimiento.
"Queremos presentar un turbo para el crecimiento", recordó Scholz en el Bundestag en su última sesión de control al Gobierno.
Aludía así a un paquete de medidas asociado a unas discusiones en el tripartito cuyos participantes reconocen como "dolorosas" y que aún no han terminado, aunque el canciller insiste en que su Ejecutivo tendrá presupuestos para 2025 este mes de julio.
En principio, desde el Gobierno se decía que para este 3 de julio sería posible que el Ejecutivo presentara sus cuentas para 2025, una fecha que no se ha cumplido.
Medidas inteligentes que se hacen esperar
Del "turbo" que quiere presentar Scholz aún no se sabe qué medidas implicará, pero Stefan Kooths, director del Instituto para la Economía (IfW) de Kiel, avanzó a EFE, entre otras cosas, qué no cabe esperar.
"El Gobierno ha dicho que habrá medidas relativas, por ejemplo mejoras con la eliminación de burocracia, pero, aunque no conozcamos por el momento las medidas del 'turbo del crecimiento', entre todo lo que se haya podido decir no hay una medida que pueda ella sola merecer el ser un 'turbo del crecimiento'", dijo Kooths.
Para analistas como él resulta impensable que el Gobierno alemán vaya a lanzar un paquete de gasto público con el que levantar el rendimiento económico cuando las discusiones entre los integrantes de la coalición -el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Los Verdes y los liberales del FDP- giran entorno al ahorro al que obliga el ministro de Hacienda, el liberal Christian Lindner.
Estimular al sector privado
"No habrá medidas de política fiscal, es decir, el Estado no hará gasto ni bajadas de impuestos para estimular la actividad económica, sino que habrá reformas con las que la actividad en el sector privado pueda resultar más rentable", añadió el director del IfW de Kiel.
A su entender, sólo habrá bajadas de impuestos en "el Turbo de Scholz" si baja el gasto, porque si no los déficits podrían llevar a Alemania a no respetar los compromisos europeos.
Scholz se refirió al "Turbo" como un paquete con "muchas medidas inteligentes", algo que en el IfW visualizan con medias que no cuesten dinero, pero que optimicen el rendimiento de la economía, como cambiar los criterios para quienes reciben ayudas sociales de manera que puedan volver a trabajar más fácilmente.
El sufrimiento de la industria intensiva
Según dijo a EFE Michael C. Burda, profesor de economía de la Universidad Humboldt de Berlín, si Scholz habla de "turbo para el crecimiento" es porque le obliga su trabajo de canciller.
"Scholz trata de presentar bien su trabajo, pero lo cierto es que la base económica de Alemania no está muy bien. Alemania sigue siendo dependiente en materia energética. Y la energía está muy cara, incluso cuando el precio ha bajado y se ha estabilizado, pero se ha estabilizado en valores que doblan los que había antes de que comenzara la guerra de Rusia contra Ucrania", recordó Burda.
"Todos los sectores industriales de uso intensivo de energía que hicieron crecer tanto a la economía durante años ahora están en problemas", añadió.
Él cree que la idea de mantener el ahorro -que parece seguirá el presupuesto de 2025- se mantendrá, aunque tendrían sentido medidas de estímulo como crear un fondo para inversiones en infraestructuras como el lanzado para rearmar al Ejército, dotado de 100.000 millones de euros, algo en lo que podrían coincidir socialdemócratas y ecologistas, pero que seguramente rechazaría el FDP.