Washington, 25 jun (EFE).- El Congreso de Estados Unidos alcanzó
esta mañana un acuerdo preliminar, tras mas de 20 horas de
negociación, sobre el texto de la reforma financiera más ambiciosa
desde la Gran Depresión y que ahora pasará a votación de las dos
Cámaras.
El acuerdo representa una victoria para el presidente Barack
Obama, que irá a la cumbre del G20 en Toronto (Canadá) con la prueba
de que Estados Unidos hace algo concreto para evitar las crisis
financieras con impacto global.
La reforma afecta a todos los ámbitos del sector financiero, pues
incluye medidas de protección al consumidor, más poder de
supervisión al Gobierno, regula por primera vez los mercados de
derivados y limita la posibilidad de que los bancos, como ocurrió en
años anteriores, hagan apuestas arriesgadas con sus fondos.
No obstante, todo parece indicar que la aprobación definitiva de
esta nueva legislación financiera seguirá el mismo camino que el de
la reforma del sistema sanitario en marzo, es decir, que saldrá
adelante sin un solo voto republicano favorable.
La votación en el comité negociador fue estrictamente de acuerdo
a las líneas partidistas: los 20 representantes demócratas votaron a
favor y los 11 republicanos en contra; los 7 senadores demócratas
votaron a favor y los 5 republicanos en contra.
La reforma, en la cual el Congreso ha trabajado un año, afectará
a una gama muy amplia de transacciones financieras, desde las
compras con tarjeta de cargo en el supermercado hasta las
operaciones más complejas con títulos y acciones en Wall Street.
Ansiosos por prevenir otro colapso financiero como el de 2008,
los legisladores han incorporado un sistema de alarmas de riesgos
financieros, crearon una oficina de protección financiera del
consumidor que tendrá amplias atribuciones y marcaron pasos para la
liquidación de las grandes firmas financieras que caigan en serios
problemas.
Pero, en un revés para la Administración Obama, la nueva oficina
de protección del consumidor no tendrá atribuciones sobre los
vendedores de autos, aunque las concesionarias hacen los arreglos
para los préstamos para millones de compradores de vehículos
automotores. EFE