Atenas, 16 jul (EFE).- La votación la pasada madrugada del paquete de reformas en el Parlamento ha asestado un duro golpe al primer ministro griego, Alexis Tsipras, quien tras la negativa a respaldarle de casi cuarenta diputados, tiene que buscar ahora fórmulas para garantizar la estabilidad política, al menos provisionalmente.
Para hoy se esperaba que Tsipras anunciara una remodelación de Gobierno, y después de una reunión con su equipo de colaboradores más estrechos, el primer ministro optó por no mover ficha, al menos esta jornada, informaron fuentes gubernamentales.
"Hoy no se anunciará la remodelación", señalaron lacónicamente fuentes del Gobierno, sin ofrecer más detalles.
A lo largo de la jornada habían corrido por los portales informativos quinielas varias sobre quienes podrían ser los sustitutos de los tres miembros del Ejecutivo -un ministro y tres ministros adjuntos- que en principio dejarán el cargo por votar en contra del acuerdo.
Esta primera ley de reformas acordadas con la eurozona como condición previa para iniciar las negociaciones de un tercer rescate salió adelante de madrugada sin que el Gobierno lograse la mayoría parlamentaria propia y solo gracias al apoyo de la oposición.
Nada menos que 32 diputados de Syriza votaron en contra, entre ellos un ministro y tres ministros adjuntos, seis se abstuvieron y uno optó por ausentarse.
Entre los votos negativos destacaron el del exministro de Finanzas, Yanis Varufakis, el del titular de Energía, Panayotis Lafazanis, y el de la presidenta del Parlamento, Zoé Konstandopulu.
Para poder mantener una cierta estabilidad gubernamental, se parte de la base de que Tsipras tendrá que sustituir a Lafazanis, portavoz de la corriente más izquierdista de Syriza, así como a los ministros adjuntos de Seguridad Social, Dimitris Stratulis; Defensa, Kostas Ísijos, y Finanzas, Nadia Valavani.
Esta última ha sido la única que había dejado voluntariamente el cargo antes de la votación crucial, con el argumento -no compartido por los otros compañeros de Gobierno disidentes- de que no se puede estar en un Ejecutivo si no se respaldan al cien por cien las medidas que toma.
El ministro del Interior, Nikos Vutsis, reconoció hoy que el Gobierno estuvo anoche a tres diputados de caer, pues se había puesto como límite político y moral superar los 120 votos propios a favor, y finalmente logró 123.
Tsipras había dejado ya de antemano claro, y lo volvió a repetir ayer en la Cámara, que su objetivo inmediato es cumplir con su promesa de cerrar las negociaciones con los socios para un tercer rescate (de unos 86.000 millones de euros).
A partir de ahí, se estudiará cómo resolver los problemas internos, dijo el líder izquierdista, dejando entrever la posibilidad de comicios anticipados.
Vutsis fue mucho más claro, y en declaraciones a la emisora de radio Sto Kokkino afirmó que es "muy posible que se celebren elecciones" en septiembre o en octubre.
Algunos medios no descartaban hoy que Tsipras pueda verse obligado a dimitir la próxima semana, si en la votación sobre el segundo paquete de reformas sufre una derrota similar o peor a la de anoche.
En ese caso se plantearía la posibilidad de tener que formar un Gobierno de amplia coalición, cuyo único objetivo sería llevar a buen término las negociaciones para un rescate, sin el que Grecia estaría abocada definitivamente a la quiebra, y abrir paso después a nuevas elecciones.