Buenos Aires, 23 jul (EFE).- La presidenta argentina, Cristina Fernández, aseguró hoy que su país no caerá en cese de pagos porque ya hizo un depósito a los acreedores de su deuda reestructurada, pese a que estos no han recibido los fondos por un litigio en Nueva York con fondos de inversión.
"Argentina no va a estar en default (cese de pagos) por una razón muy sencilla, esencial, elemental: en default entran los que no pagan y Argentina pagó", afirmó Fernández al inaugurar hoy una planta de la fabricante de motos Yamaha en la localidad bonaerense General Rodríguez.
El pasado 26 de junio, Argentina realizó un pago de vencimiento de su deuda reestructurada por 1.151 millones de dólares, de los cuales 539 millones fueron depositados en el Bank of New York Mellon (BONY) para inversores con bonos emitidos bajo legislación estadounidense.
Pero los fondos girados hacia Estados Unidos fueron bloqueados por una orden del juez neoyorquino Thomas Griesa, que falló a favor de los fondos de inversión que demandaron a Argentina por bonos en mora desde finales de 2001 y que no ingresaron a los canjes de 2005 y 2010.
Cuando un compromiso de pago no se hace efectivo en la fecha de vencimiento, el deudor tiene un plazo de gracia para regularizarlo antes de ser declarado en cese de pagos técnico, plazo que en el caso de Argentina vence el próximo 30 de julio.
Sin embargo, Argentina se ampara legalmente en que ha hecho el pagó al girar el dinero y que si los acreedores no reciben los fondos es por una decisión judicial que le excede.
"Van a tener que encontrar un nuevo término que refleje que un deudor pagó y alguien bloqueó y no deja llegar ese dinero, que es de terceros, a esos terceros, que son los tenedores del canje de 2005 y 2010 que entraron de buena fe", dijo Fernández.
Los fondos litigantes, ya con una sentencia a su favor, exigen el pago de deudas por 1.500 millones de dólares, entre capital e intereses.
Argentina alega que no puede hacer ese pago en las condiciones que exigen los litigantes porque con ellos violaría una cláusula firmada en los canjes de 2005 y 2010 y que no permite pagar a otros acreedores con mejores condiciones de las aceptadas por quienes adhirieron a las reestructuraciones.
Fernández advirtió que, si esa cláusula es violada, "se cae todo lo acordado, se caen las quitas logradas, todos los plazos, y se exige que se pague toda la deuda junta".
El juez Griesa designó a un mediador para que Argentina y los fondos litigantes negocien una forma de pago, proceso que este jueves tendrá una nueva audiencia en Nueva York.
"Vamos a seguir hablando, vamos a ir cuantas veces sea necesario adonde tengamos que ir, pero con nuestras razones, que no son caprichos", afirmó Fernández.
La mandataria aseguró que "no va a firmar nada que comprometa el futuro de las generaciones de Argentina".
"No me van a hacer firmar cualquier cosa, amenazándome con que el mundo se viene abajo. (...) Quieren asustar a los argentinos diciendo que si no hacemos lo que quieren los fondos buitre (fondos de inversión) no van a ingresar capitales ni vamos a tener acceso a la financiación", sostuvo.
Fernández señaló que "Argentina está dispuesta a honrar las deudas con el ciento por ciento de sus acreedores, en forma equitativa, justa, legal y sustentable".