Ucrania alcanza con sus acreedores un acuerdo que incluye una quita de casi el 20% de su deuda exterior. Y además, prevé una prórroga en los plazos para el pago de los préstamos.
Así, una deuda de más de 19.300 millones de dólares se verá reducida a unos 15.500.
Con este acuerdo se cierran cinco meses de complicadas negociaciones destinadas a dar un balón de oxígeno a las finanzas ucranianas.
Éstas atraviesan un momento particularmente crítico debido al impacto de la guerra contra los separatistas prorrusos en el este del país. El acuerdo debería contribuir a mantener la moneda nacional, la grivna, estable y permitir además aumentar el gasto en defensa.