Madrid, 21 oct (.).- Un impacto político similar al de la decisión de los británicos de abandonar la UE podría costar a España una reducción del crecimiento económico en 2017 de 1,2 puntos, con lo que el PIB avanzaría un 1,1 % en lugar del 2,3 % previsto, según un informe de la aseguradora de crédito Coface.
La entidad ha creado un índice de riesgo político para los países de Europa Occidental, que muestra que durante la última década dicho riesgo se ha incrementado en 13 puntos, alcanzando su máximo durante la crisis de la deuda soberana en 2013.
Según Coface, los riesgos políticos se propagan principalmente a través de dos canales: la volatilidad del mercado, que afecta a las condiciones de financiación dentro de la economía en su conjunto, y el deterioro de la confianza de los hogares y las empresas, que conducen a postergar las decisiones de consumo o inversión.
No obstante, considera que existen algunas excepciones, tales como España, que por el momento no parece afectada por tener un Gobierno en funciones desde diciembre de 2015, aunque cree que unas terceras elecciones sí que tendrían un efecto negativo sobre la confianza empresarial y la de los hogares.
"Un shock político adicional", de similar magnitud a la del referéndum del Reino Unido, también afectaría a España y al crecimiento europeo con un descenso de 0,5 puntos de media en 2017.
Mayor aún sería el efecto de que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales en Estados Unidos, ya que Europa podría perder alrededor de 2 puntos de crecimiento en un año, mientras que Estados Unidos perdería 1,5 puntos.
"La intensidad de esta onda expansiva refleja el rol sistémico de la economía norteamericana", dice el informe.
Coface explica que desde 2011 Europa está mostrando signos evidentes de incremento del riesgo político, debido a factores como el desempleo, las desigualdades y las repercusiones de una profunda crisis financiera "que han sembrado el descontento de la población, desestabilizando a los Gobiernos y propiciando el crecimiento de los nacionalismos y de partidos políticos más conservadores".
Grecia e Italia han registrado los mayores aumentos en su calificación en la última década como consecuencia de la crisis de la inmigración, la austeridad presupuestaria impuesta por Europa y el euroescepticismo.