Tokio, 8 may (EFE).- Uno de los miembros de la junta de política monetaria del Banco de Japón (BoJ) propuso por primera vez reducir a casi la mitad el volumen del programa de estímulo activado por la entidad para terminar con la deflación, según muestran las actas de su última junta publicadas hoy.
La propuesta fue expuesta en la junta mensual de abril por Takahide Kiuchi, quien planteó desacelerar el ritmo de compra de activos hasta cerca de 45 billones de yenes (unos 335.000 millones de euros) anuales.
Es la primera vez desde que Haruhiko Kuroda accedió al cargo de gobernador del banco emisor, en la primavera de 2013, que uno de los nueve miembros de la junta de política monetaria propone con un objetivo numérico determinado una reducción de su agresivo programa de flexibilización.
Sin embargo, no es la primera vez que Kiuchi, economista de 51 años que lleva en el cargo desde julio de 2012, se muestra a favor de ralentizar el ritmo al que el BoJ inyecta fondos en el sistema.
De hecho, desde que la entidad anunció el pasado octubre que ampliaría el ritmo anual con el que está engrosando la base monetaria nipona en otros 10 billones, hasta los 80 billones (595.750 millones de euros) al año, Kiuchi ha manifestado su contrariedad en cada una de las juntas mensuales.
Al economista, con una larga trayectoria como analista para la casa de valores Nomura, le preocupa que el banco central alcance pronto un punto en el que sus medidas de flexibilización produzcan efectos secundarios no deseados, como la desestabilización del mercado de bonos o la creación de una burbuja.
Pero su propuesta, que está incluso por debajo del ritmo original con que el BoJ presentó su programa en abril de 2013, fue tajantemente rechazada en la reunión de abril por los otros ocho miembros de la junta.
Algunos de los miembros que se opusieron argumentaron que reducir el volumen de las compras "contendría los efectos" que persigue el programa, mientras que otros recordaron que "la principal prioridad en este momento debe ser evitar que la economía nipona corra el riesgo de volver a entrar en deflación".
La entidad anunció su programa de compra masiva de activos en abril de 2013 como medida para dejar atrás un ciclo deflacionario de más de una década y lograr establecer la subida del IPC en torno al 2 por ciento interanual en un plazo de unos dos años.
Pese a los resultados positivos del plan, la caída del crudo y el debilitamiento de la demanda en Japón han ralentizado últimamente la subida de los precios e impedido alcanzar ese objetivo inflacionario en las fechas indicadas al BoJ, que recientemente anunció que espera lograr dicha meta a partir de abril de 2016.