París, 30 may (.).- La globalización ofrece beneficios para todos los países pero no para todo el mundo, reconoció la OCDE, que reclamó regulaciones transnacionales justas en el terreno empresarial y del sector financiero para hacer frente al creciente rechazo en diferentes sectores sociales.
Este es uno de los principales mensajes del informe anual de Perspectivas sobre las empresas y las finanzas presentado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que consideró que no se ha hecho lo suficiente para ayudar a los perdedores de la globalización.
"Los países que participan en los mercados globalizados deben comprometerse a instaurar reglas del juego justas en materia de comercio, de inversión y de comportamiento de las empresas", indicó.
Además, "sería igualmente oportuno mejorar la atribución de recursos estimulando el crecimiento de la productividad y reduciendo las prácticas de extracción de rentas, perjudiciales para los consumidores".
El secretario general de la organización, el mexicano Ángel Gurría, constató que tras el creciente rechazo a la globalización en muchos países está el hecho de que "se ha hecho demasiado poco para ayudar a más ciudadanos a afrontar (sus) consecuencias" derivadas de los intercambios internacionales, las inversiones extranjeras o los cambios tecnológicos.
Gurría hizo notar que la cooperación internacional ya ha ofrecido avances en los últimos años en el terreno económico o en el del cambio climático, y citó el Acuerdo de París de 2014 para limitar el calentamiento global.
Pero a continuación señaló que hay "un margen considerable para hacer más en muchos dominios".
Se trata -subrayó- de que todos los países cooperen para garantizar reglas "equitativas" en las transacciones internacionales, en la inversión o en el comportamiento de las empresas.
Eso pasa, entre otras cosas, por establecer unas normas de gobernanza de las empresas públicas, cuya acción puede suponer "distorsiones" por los subsidios u otras ventajas que reciben por parte de los Estados propietarios.
La OCDE indicó que esas empresas públicas, sobre todo asiáticas, han incrementado muy significativamente su peso en algunos sectores industriales clave (en los últimos años ha pasado de suponer el 9,8 % al 23 % en el palmarés Fortune Global 500)
Igualmente denunció los conciertos internacionales de empresas para falsear la competencia, que encarecen los precios y servicios para los consumidores.
La OCDE insistió en que uno de los aspectos más positivos de la globalización es que en el último par de décadas "millones de personas" en las grandes economías emergentes han podido salir de la pobreza, y paralelamente los consumidores en los países desarrollados se han beneficiado de productos más baratos.
Sin embargo, al mismo tiempo se ha ampliado la fractura entre una parte de las clases medias y bajas de los países ricos, cuyos ingresos se han estancado o han bajado, mientras los estratos más privilegiados "han prosperado, a veces de forma espectacular".