Túnez, 7 oct (.).- El presidente de Túnez Kais Said se reunió hoy con el gobernador del Banco Central Tunecino (BCT), Marouane Abassi, con el fin de estudiar las medidas urgentes para salir de la crisis financiera después de que la institución alertara del deterioro de las finanzas públicas para cubrir los presupuestos del Estado de 2021.
Durante este encuentro, ambos responsables trataron "los diferentes escenarios para salir de la crisis a la vista de los indicios positivos del inicio de la recuperación económica en varios sectores además de las relaciones de Túnez con organismos financieros durante el próximo periodo", destacó Presidencia en un breve comunicado de prensa.
Tras una reunión del consejo de administración este miércoles en la capital, el Banco Central mostró su preocupación por el "desgaste" de sus recursos financieros exteriores para cubrir las necesidades del Estado y que conlleva al deterioro de la nota soberana, degradada en julio a "B" con una perspectiva negativa por la agencia de calificación de riesgo Fitch Rating.
Según el último informe del BCT, las reservas en divisas disminuyeron un 10% hasta situarse a finales de septiembre en 6.500 millones de euros, lo que equivale a 127 días de importación. Además prevé que la deuda pública alcance antes de 2022 los 35.000 millones de euros, de los cuales 22.000 millones corresponderían a la deuda exterior.
"El desgaste agudo de las finanzas públicas, que partía de una situación vulnerable, y el alza del precio internacional del petróleo podrían comprometer la sostenibilidad de la deuda pública", advirtió el órgano en un comunicado.
Un situación "crítica", declaró, que traduce los temores de los organismos financieros y la ausencia de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyas negociaciones arrancaron en mayo y se esperaba lograr un crédito en septiembre- el cuarto durante la última década- por valor de 3.300 millones de euros.
Por ello, instó a las autoridades a transmitir señales "claras" a los inversores locales y extranjeros sobre la recuperación económica, la consolidación de la gobernanza del sector público y la mejora de su clima de negocios.
Entre los signos positivos, apuntó, se encuentra el crecimiento de un 16,2% del PIB durante el segundo trimestre con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior y la recuperación de varios sectores económicos, principalmente el manufacturero y las exportaciones, gracias al aumento de la demanda de la zona euro y la reanudación significativa de la producción de hidrocarburos y fosfatos.
Los analistas se muestran escépticos ante la posibilidad de alcanzar un nuevo acuerdo con el FMI después de que el pasado 15 de julio el mandatario decretase el Estado de excepción y se arrogase plenos poderes.
Una iniciativa calificada por la mayoría de partidos como "golpe de Estado", mientras otras formaciones consideran que se trata de una "rectificación" de la revolución de 2011 que puso fin a las dos décadas del régimen autócrata de Zine al Abidine Ben Ali.