Madrid, 30 oct (.).- El Banco de España cree que una extensión del conflicto entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás hacia otros países de la región como Arabia Saudí, Irán, Iraq o Catar, podría causar en los mercados energéticos efectos "más importantes" que los experimentados hasta la fecha.
Según expone en su último Informe de Estabilidad Financiera, un escenario "especialmente preocupante" sería el bloqueo de corredores estratégicos, y avisa de que un hipotético incremento de los precios de la energía supondría una "nueva perturbación" para la economía mundial, con posibles nuevos aumentos de la inflación, que podrían llevar a un tono más restrictivo de las políticas monetarias.
De momento, explica el organismo en el documento, publicado este lunes, las tensiones actuales en Oriente Próximo "no han afectado a la producción de petróleo y apenas a la de gas natural", más allá del cierre del yacimiento de Tamar por parte de las autoridades israelíes.
De este modo, el impacto inmediato en sus precios ha sido, prosigue el documento, "relativamente limitado, unos 6 dólares por barril de Brent y unos 10 euros por megavatio hora el gas en Europa".
Sin embargo, una extensión del conflicto a otros países de la región, algunos de ellos situados entre los principales productores mundiales de materias primas energéticas, como Arabia Saudí, Irán, Iraq o Catar, podría tener efectos más importantes, indica el Banco de España.
A ojos del regulador, "especialmente preocupante" sería el bloqueo de corredores estratégicos, como el tránsito marítimo por el estrecho de Ormuz, situado entre el golfo de Omán y el golfo Pérsico.
Por él circula alrededor de un 20 % de la oferta mundial de petróleo y en torno a un 25 % de la de gas natural licuado (GNL), a tenor de los datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) que recoge el organismo.
En opinión del Banco de España, ello tendría un impacto directo en las importaciones energéticas que realizan la Unión Europea (UE) y España desde Oriente Próximo, que suponen alrededor de un 10 % del total.
Así, añade el informe, aunque se pudiera recurrir a importar esos productos de otros países, los efectos "se harían sentir a través de un aumento de los precios de esas materias primas energéticas, en particular del petróleo, cuyo mercado está más integrado globalmente".
Ese incremento de los precios de la energía supondría una "nueva perturbación" para la economía mundial, tras los 'shocks' vividos en los últimos años, con consecuencias adicionales adversas en términos de actividad y de nuevos aumentos de la inflación, que podrían llevar a un tono más restrictivo de las políticas monetarias, concluye el documento.