Por Laura Sánchez
Investing.com - Los mercados siguen digiriendo las subidas de los bancos centrales estas pasadas semanas. Y, mientras se preparan para un escenario más que sombrío, siguen llegando alertas de expertos. En este caso, de BlackRock (NYSE:BLK).
“Muchos bancos centrales, como la Reserva Federal estadounidense, todavía se centran únicamente en la presión para que la inflación subyacente vuelva rápidamente al 2% sin reconocer completamente cuánto dolor económico sufrirá en un mundo moldeado por restricciones de producción. Caso en cuestión: el bombardeo de aumento de tipos de la semana pasada. Todo esto implica una secuencia clara: endurecimiento de la política primero, daño económico significativo en segundo lugar y luego signos de disminución de la inflación solo muchos meses después”.
Así explican en la gestora la situación en Estados Unidos, mientras confirma que la gestora infrapondera las acciones de mercados desarrollados y se decanta por el crédito.
Según explica la gestora, la Fed se encuentra en su ciclo de aumento de tipos más rápido desde principios de la década de 1980 (consulte las líneas naranja y amarilla en el gráfico). Subió otro 0,75% la semana pasada y las tasas proyectadas subirían aún más. La Fed ahora ve que la tasa de fondos federales aumentará al 4,6% para fines de 2023, un aumento significativo de las opiniones anteriores.
¿El problema? En nuestra opinión, las previsiones económicas actualizadas son demasiado optimistas. La Fed todavía ve un crecimiento positivo este año y espera que repunte el próximo año. Pero también quiere ver evidencia de que la inflación subyacente está en una trayectoria decisiva del 2% más allá de 2023 antes de que deje de subir”, señalan en BlackRock.
“Este aterrizaje suave no nos cuadra. Creemos que sofocar la inflación tan rápido en medio de una capacidad de producción limitada provocaría una recesión: un impacto de aproximadamente el 2% en la actividad económica y 3 millones más de desempleados. Creemos que la Fed no solo está subestimando la recesión necesaria, sino que ignora que es lógicamente necesaria”, añaden.
“¿Por qué sería necesaria una recesión para reducir la inflación subyacente?”, se preguntan en la gestora. “La oferta inusualmente baja no puede satisfacer la demanda. Eso está impulsando la inflación”, admiten.
Según BlackRock, “el empeoramiento de las perspectivas de crecimiento de la Fed no es lo suficientemente crudo”. “Los bancos centrales deben enfrentarse a desencadenar una recesión profunda aumentando los tipos o vivir con una inflación más persistente. Las previsiones de la Fed no reconocen esta compensación”, resaltan.
“Creemos que los bancos centrales seguirán subiendo los tipos hasta que quede claro que la inflación subyacente está bajando. Eso significa que la actividad económica caerá en todos los mercados desarrollados. La política actual de la Fed puede reducir el crecimiento de EE.UU. mucho más de lo que cree. En Europa, vemos que la determinación del Banco Central Europeo de reducir la inflación se desvanece a medida que se despierta ante las sombrías perspectivas. Pero esa reacción llegará demasiado tarde para evitar que el banco central amplifique las fuerzas recesivas del choque energético, en nuestra opinión. El continente verá una recesión más profunda que en EE.UU.”, concluyen.