Bruselas, 19 oct (.).- La Comisión Europea (CE) reabrió este martes el debate sobre la revisión de las reglas europeas de disciplina presupuestaria tras la pandemia, con la vista puesta en que permitan reducir la deuda pública sin impedir el crecimiento y movilizar la inversión necesaria para la transición climática.
Bruselas publicó para ello un documento en el que analiza la situación económica de la Unión Europea tras la crisis de la covid-19 y extrae las "lecciones" que deja para su marco de gobernanza, pero no hace todavía propuestas concretas de reforma.
La Comisión había empezado en febrero de 2020 la revisión de estas reglas, que fundamentalmente exigen que la deuda pública no supere el 60 % del PIB y el déficit no rebase el 3 %, pero la pandemia obligó a paralizarla.
En marzo de ese año, suspendió las normas para permitir el enorme gasto público con que los Gobiernos respondieron a la crisis y el plan es que sigan congeladas hasta 2023.
La Comisión quiere ahora que los países se pongan de acuerdo sobre qué hacer con ellas antes de esa fecha.
La pandemia, señala en la comunicación que servirá de base para el debate, ha provocado un aumento importante de los niveles de deuda y déficit, frenado la corrección de los desequilibrios económicos y creado nuevas vulnerabilidades, como cuellos de botella en las cadenas de suministros.
Algunos desafíos son ahora más urgentes, como la lucha contra el cambio climático o la digitalización, y otros -como la baja productividad, la escasa inversión o la desigualdad- sencillamente persisten.
Y a la hora de revisar las normas fiscales, para la Comisión esto significa en primer lugar que habrá que perseguir una reducción gradual de los ratios de deuda pública que "no mate el crecimiento", explican fuentes comunitarias.
La discusión, apuntan, no será sobre si es necesario rebajar la deuda, que de media roza el 93 %, sino sobre "el ritmo" al que se hará.
Las normas actuales obligan a que cuando la deuda rebase el 60 % del PIB, este exceso se reduzca en un veinteavo de su volumen cada año, lo que impondría recortes de varios puntos del PIB en algunos países europeos que superan con creces esa cota, como Grecia (209 %), Italia (160 %) o España (125 %).
Pero Bruselas no se pronuncia sobre si debería cambiarse esta regla, que muchos expertos consideran poco realista.
Por otro lado, señala la Comisión, en los próximos años será necesario un nivel de inversión permanentemente alto, sobre todo para la transición climática, que requerirá 480.000 millones de euros adicionales cada año, según sus cálculos.
Bruselas, sin embargo, no apunta de qué manera podría abordarse esta situación con las reglas fiscales.
La Junta Fiscal Europea o el centro de estudios Bruegel, por ejemplo, abogan por excluir ciertas inversiones "verdes" del cálculo del déficit.
Varios países, incluidos España, Francia, Italia o Portugal, reclaman tener en cuenta estas necesidades al revisar las normas para evitar que los ajustes fiscales se traduzcan en drásticos recortes de la inversión, como ocurrió en la crisis financiera.
El Ejecutivo comunitario cree también que la pandemia ha puesto de relieve la importancia de crear colchones fiscales en tiempos normales y confirmado la necesidad de simplificar las reglas.
Este análisis sentará las bases para el debate entre los Gobiernos y, en función del resultado, Bruselas espera presentar propuestas concretas ya entrado 2022.
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