Shanghái (China), 6 dic (.).- La cumbre China-UE arrancará este jueves con los desequilibrios en la relación comercial, la investigación anunciada por Bruselas a los vehículos eléctricos chinos o el acceso de las empresas europeas al mercado del país asiático como principales puntos de contención en materia económica.
A la cita en Pekín acudirán los presidentes del Consejo Europeo, Charles Michel, y de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, así como el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que serán recibidos por el presidente chino, Xi Jinping, y el primer ministro, Li Qiang.
Uno de los factores que más preocupa a la UE de cara a la cumbre es el déficit comercial: recientemente, la Cámara de Comercio Europea en Shanghái denunció que, desde 2018, el "modesto" aumento de las importaciones a China de productos europeos se ha visto "eclipsado" por las ventas chinas a Europa, que prácticamente se duplicaron.
Esto resultó en un déficit de casi 400.000 millones de euros en 2022 a favor de China: "Este desequilibrio comercial no se replica con otros grandes países, lo que para los funcionarios europeos supone una prueba del deficiente acceso al mercado chino, con muchos sectores todavía cerrados a la competencia extranjera y una política industrial agresiva", explica en un informe Alicia García Herrero, economista jefe de Natixis (NYSE:99V33V1Z3=MSIL) para Asia Pacífico.
La analista apunta también al dominio de China en el campo de la tecnología verde, donde la UE ha "aceptado" que el país asiático controle el 90 % de la cuota mundial de exportaciones en paneles solares por la caída de la industria europea tras la crisis financiera global, pero no parece dispuesta a poner facilidades a los vehículos eléctricos chinos, ya que el sector automotriz es uno de las mayores de Europa, con 14 millones de empleos.
Cabe recordar que Bruselas anunció en septiembre una investigación a los subvenciones públicas que Pekín otorga a los eléctricos, que permiten "inundar" los mercados globales con vehículos de precio "artificialmente bajo" -algo que ya se había denunciado en el pasado con respecto al aluminio o al acero por un exceso de capacidad-, decisión protestada por Pekín, que la calificó de "proteccionismo descarado".
García Herrero no cree que los emisarios europeos vayan a ceder ante las previsibles protestas de sus interlocutores chinos, tal y como sí sucedió en otras ocasiones como la investigación sobre competencia desleal contra los paneles solares en 2014: "Esta vez, se espera que (...) se mantengan firmes dada la importancia mucho mayor del sector automotriz para Europa y la probable ausencia de contraofertas por la parte china".
¿Inercia positiva o decepción?
Según la consultora Trivium China, Pekín ha estado intentando "generar una inercia positiva" de cara a la cumbre con gestos como el final de la campaña de presión económica que inició en 2021 contra Lituania después de que el país báltico permitiese la apertura de una embajada 'de facto' en Vilnius bajo el nombre de Taiwán, algo que irritó a las autoridades chinas.
"China no consiguió lo que quería, y sus presiones extralegales sobre Lituania dañaron su reputación en Europa e indujeron a la UE a adoptar un mecanismo contra la coerción económica", apunta Trivium, que asegura que el gesto es "poco y tarde".
Además, García Herrero cree que la confianza en Pekín tras el percibido "gran éxito" de la reciente reunión entre Xi Jinping y su homólogo estadounidense, Joe Biden, a la hora de estabilizar los lazos con el país "más importante del planeta" dificultarán que la UE logre compromisos en materia de acceso al mercado chino.
Esto, unido a que la economía china se encuentra en un momento de debilidad y a que necesita un superávit comercial, hará que la cumbre China-UE "esté destinada a decepcionar una vez más", apunta la economista.
Mientras tanto, la prensa oficial china insiste en que la postura de Bruselas de definir a China como un "rival sistémico" es "errónea y dañina", atacando específicamente el enfoque europeo de reducción de riesgos en su relación con Pekín por considerar que se alinea con las "políticas de contención" de Washington y que crea "obstáculos innecesarios" en las relaciones.
Pese a ello, en su editorial previo a la cumbre, el rotativo nacionalista Global Times incide en que "los intereses comunes" de Pekín y la UE "pesan mucho más que las diferencias": "Incluso durante períodos de marcadas diferencias, nuestras posiciones en asuntos fundamentales como (...) la oposición al proteccionismo comercial y al unilateralismo han estado alineadas de forma constante".
"No existe un conflicto fundamental entre China y Europa, y la cooperación define de manera contundente nuestra relación. ¿Si esto no es una asociación, qué lo es?", subraya el mencionado diario.