(Actualiza la EC5193 con más datos)
Berlín, 28 oct (.).- Alemania evitó la recesión pronosticada por sus principales institutos económicos y creció finalmente un 0,3 % en el tercer trimestre del año respecto al trimestre precedente, espoleada por el apoyo del consumo privado, anunció la oficina federal de estadística, Destatis.
Se trata del dato avanzado del producto interior bruto (PIB) del país -el definitivo se conocerá el 25 de noviembre- y sorprende porque el pronóstico de los expertos era que se comenzaría a atisbar una recesión que el Gobierno espera se produzca claramente en 2023.
La subida del PIB alemán entre julio y septiembre sigue al incremento del 0,1 % del segundo trimestre -cuando recuperó el nivel previo a la pandemia- y tras el crecimiento del 0,8 % del primer trimestre.
"Después del ligero aumento en el segundo trimestre de 2022 (+ 0,1%), la economía alemana siguió manteniéndose firme a pesar de las difíciles condiciones económicas mundiales con la actual pandemia del coronavirus, las cadenas de suministro interrumpidas, el aumento de los precios y la guerra en Ucrania", según Destatis.
El crecimiento del tercer trimestre se explica sobre todo, según la oficina estadística, por el empuje del consumo privado, aunque Destatis precisa que "debido a la actual crisis del coronavirus y las consecuencias de la guerra en Ucrania, estos resultados están sujetos a una mayor incertidumbre de lo habitual".
Los principales institutos económicos alemanes anunciaron a finales de septiembre que el PIB del tercer trimestre de 2022 podría caer en un 0,2 %, retroceso que aumentaría en los tres últimos meses del año, hasta un 0,6 %, y sería seguido de una caída del 0,4 % en el primero de 2023.
Posteriormente el Gobierno alemán publicó sus previsiones económicas de otoño para el próximo año, durante el que Berlín ya prevé claramente la entrada en recesión, con una bajada del PIB en el conjunto del año del 0,4 %.
Este viernes Destatis sí confirmó que, a pesar de la recuperación del tercer trimestre, en dato interanual la tendencia es claramente de retroceso: el PIB subió un 3,9 % en el primer trimestre, creció un 1,7 % en el segundo y un 1,1 % en el tercero.
Ya en el segundo trimestre del año -en el que se pudieron notar plenamente las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania- la oficina federal reveló que la economía se apoyó principalmente en el gasto de consumo privado, pero también del público.
Así, el gasto de los consumidores privados fue un 0,8 % mayor que en el primer trimestre, eliminados los efectos estacionales, de calendario y de precio, mientras que el del Estado aumentó en un 2,3 %.
Entonces se detectó que los consumidores privados aprovecharon el levantamiento en el segundo trimestre de casi todas las restricciones relacionadas con la pandemia para, por ejemplo, volver a viajar y salir más.
Habrá que esperar al detalle del análisis del tercer trimestre para comprobar si durante los meses de verano el gasto privado se mantuvo como el motor que evitó la recesión.
La subida del PIB contradice también a los expertos del Bundesbank, el banco central alemán, que en su informe de este mismo mes decía que esperaba que la economía alemana se estancara en el trimestre de verano.
Y apunta perspectivas sombrías: "En el semestre de invierno que acaba de comenzar, es probable que las fuerzas a la baja aumenten significativamente", explicaron los economistas del Bundesbank que añadieron que es "probable" que la economía esté "al borde de una recesión".
El dato del incremento inesperado del PIB del tercer trimestre se conoce además a pesar de las presiones inflacionistas récord, tras el índice de septiembre, que alcanzó el 10 %. El Gobierno alemán pronostica solo una ligera bajada de la inflación en 2023, hasta el entorno del 7 %.
Los principales institutos económicos del país coinciden con la previsión gubernamental y cuentan con que habrá un drástico aumento de los precios de la energía, subidas de los costes de producción que llevarán también a alzas en otros productos y a niveles de inflación que no se veían desde la década de los 70.
Esos institutos habían previsto hace unos meses que la economía alemana crecería inicialmente en 2022 un 3,1 % y el Gobierno también esperaba que el PIB aumentaría en 2023 un 2,5 %, pronósticos sustancialmente alterados a consecuencia del impacto de la guerra en Ucrania.