Túnez, 6 abr (.).- El presidente de Túnez, Kais Said, rechazó este jueves las condiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir un nuevo préstamo de 1.900 millones de dólares que su Gobierno negoció hasta alcanzar en octubre pasado un acuerdo técnico preliminar sobre el plan de reformas.
El FMI esperaba la ratificación del presidente para la aprobación final, pero hoy Said calificó los términos de "dictados" y aseguró que Túnez "no recibe instrucciones ni órdenes del exterior”, en medio de la profunda crisis económica y financiera que atraviesa el país magrebí.
La alternativa al préstamo del FMI "es contar con nosotros mismos”, declaró Said en un discurso a la prensa por la conmemoración de la muerte del expresidente Habib Burguiba.
El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, pidió la semana pasada en Túnez "priorizar" el acuerdo del FMI para permitir la asistencia adicional de socios internacionales, incluida la Unión Europea.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, alertó el pasado mes de marzo del posible "colapso económico y social", ya que "la situación en Túnez es muy, muy peligrosa".
Túnez negociaba un nuevo préstamo para afrontar una deuda pública récord a cambio de un paquete de reformas, que incluyen la retirada de las subvenciones generales, la privatización de algunas empresas públicas y la reducción de la masa salarial de la Administración.
El poderoso sindicato UGTT criticó la reducción del gasto público en más de un 23 % en el presupuesto estatal de este año 2023 y amenazó con movilizaciones en caso de no alcanzar un consenso político.
La consecuencias de la pandemia y la invasión rusa de Ucrania han ejercido aún más presión sobre la economía del país, con una inflación superior al 10 %, la más alta en tres décadas, y desabastecimientos intermitentes de productos básicos como el azúcar y el café.
Al borde de la bancarrota, la tensión política también ha aumentado en Túnez desde que el jefe del Estado se hiciera con plenos poderes en julio de 2021, designara un nuevo Ejecutivo y gobernara desde entonces por decreto, mientras la oposición denuncia la deriva "autoritaria" de su proyecto.