Por John Irish y Noemie Olive
VIRE, Francia, 6 abr (Reuters) - La trabajadora sanitaria Josiane Comtesse está casi segura de que votará al presidente Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales del domingo, pero luego reflexiona sobre su plan para que los franceses trabajen más tiempo y su percepción de que es arrogante y se lo piensa de nuevo.
Como muchos en la localidad rural normanda de Vire, durante décadas un bastión del centroderecha, esta mujer de 58 años que trabaja en el hospital local y en las escuelas cercanas, oscila entre una oferta política y otra.
"Le dije a mis hermanas que estoy dudando", dijo a la salida de su departamento en una urbanización de bajos ingresos en las afueras de Vire. "Estoy un 87% segura de que será Macron (...) bueno, es él o este hombre", continuó, señalando un folleto de campaña del veterano ultraizquierdista Jean-Luc Melenchon.
Comtesse reconoció que los dos candidatos son diametralmente opuestos. Macron es un liberal que abraza la globalización y quiere en un segundo mandato elevar la edad de jubilación a los 65 años. Melenchon es un ardiente socialista que habla de empleos garantizados para los desempleados de larga duración y de restablecer un impuesto sobre el patrimonio.
Vire, una ciudad de unos 11.000 habitantes, es el tipo de lugar en el que Macron podría esperar ganar con comodidad. Históricamente, el centroderecha o los conservadores han ganado cerca de la mitad de los votos aquí.
Sin embargo, la dinamitación por parte de Macron en 2017 de un panorama político de posguerra dominado por los dos partidos mayoritarios de centroderecha y centroizquierda creó un vacío que los populistas pueden llenar, según los analistas.
La última semana ha sido dura para Macron. Su cómoda ventaja en las encuestas se ha erosionado a medida que su rival de extrema derecha, Marine Le Pen, y Melenchon han ido ganando terreno, aumentando la posibilidad de un fuerte voto anti-Macron en la segunda vuelta.
Un sondeo realizado esta semana por Harris Interactive mostró a Le Pen -que suavizó su retórica y está sacando provecho de las quejas cotidianas del votante promedio, sobre todo por su poder adquisitivo- a tres puntos de Macron en la segunda vuelta.
Aun así, activistas pro Melenchon como el profesor jubilado Olivier Gaussens, de 66 años, intuyen que la indecisión de los votantes podría permitir a su candidato, que va tercero, dar la sorpresa en la primera vuelta del domingo.
En un recorrido puerta a puerta con otros activistas, hablaron con unas 30 personas. Todos estaban indecisos, dispuestos a cambiar de opinión o pensaban abstenerse. Muchos estaban enfadados por los planes de Macron de retrasar tres años la edad de jubilación.
"Esperamos aprovechar parte de la indecisión en asuntos como la jubilación, el salario mínimo y la subida de salarios", dijo Gaussens.
Un sondeo de Elabe del fin de semana indicó que más de uno de cada cuatro votantes no tenía claro su voto.
DESCONTENTO
El alcalde de Vire, Marc Andreu Sabater, es un fiel a Macron. Según dijo, es el candidato mejor situado para guiar a Francia a través del actual tumulto, pero admitió que el mandatario no ha hecho lo suficiente para convencer a algunos en problemas como el costo de la vida.
"Hay mucha gente dudando entre expresar su enfado por no poder repostar el auto o pagar la factura de la luz o, dado el contexto, mantener la continuidad para no derribarlo todo", señaló.
Los sondeos muestran que casi la mitad de los votantes tiene intención de rehuir del centro y votar por un candidato de extrema derecha o de izquierda dura, mientras la pugna entre los globalistas liberales y las fuerzas del nacionalismo que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca e hicieron ganar al Brexit en Reino Unido sigue desarrollándose en Francia.
Marie-Therese Hennebel, de 67 años, trabajadora jubilada de una fábrica nuclear, que vive en el mismo bloque de departamentos que Comtesse, dijo que admira el encanto campechano de Le Pen y su forma de hablar directa.
"Cuando (Le Pen) habla, es justa y dice la verdad", indicó, lamentando su baja pensión y el aumento del costo de los alimentos. "Las cosas son demasiado caras ahora. De 20 euros no te queda nada".
La inflación en Francia superó el 5% en marzo. En una región en la que la actividad económica se centra en la industria, la agricultura, los metales y los automóviles, a los residentes de Vire les preocupa que el costo de la vida siga encareciéndose si continúa la guerra en Ucrania.
Los remanentes del movimiento antigubernamental de los "chalecos amarillos", que sacudieron el liderazgo de Macron durante 2018-2019, vuelven a confluir en Vire, revelando un persistente descontento subyacente en la Francia rural.
El grupo -una mezcla de izquierdistas, simpatizantes de extrema derecha y hartos del sistema democrático de Francia- se reunió en una rotonda por primera vez en meses a fines de marzo y discutió la necesidad de sacar a Macron.
Algunos están dispuestos a votar por Le Pen en segunda vuelta con tal de apartar a Macron del poder, incluso aunque apuesten por Melenchon en primera vuelta.
"Cinco años de Macron, después de cinco años de cuasi socialismo, después de cinco años de (el conservador Nicolas) Sarkozy, ya es suficiente", dijo Jean-Marie Thomine, que se unió al movimiento de los "chalecos amarillos" en 2018.
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GRÁFICO (en inglés): Sondeos electorales en Francia https://graphics.reuters.com/FRANCE-ELECTION/POLLS/zjvqkomzlvx/
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(Editado en español por Carlos Serrano)