Luxemburgo, 17 (.).- El ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, aseguró que no tirará la toalla para intentar que Hungría levante hoy su veto al tipo mínimo del 15 % para las multinacionales, que Budapest bloquea ahora cuando parecía que el proyecto iba a salir adelante tras salvar los problemas que planteaba Polonia.
"Nunca estoy triste, nunca me rindo y haré lo que pueda hoy para convencer a todos los Estados miembros de que podamos alcanzar un acuerdo sobre fiscalidad mínima. Estamos al principio de la reunión, todavía tenemos unas horas para convencer a todos los socios para unirse al consenso", dijo el galo al llegar a la reunión de los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) que intentará el acuerdo.
Aunque sin apuntar directamente a Hungría, Le Maire reconoció que será "muy difícil" salvar "el último veto que hay que levantar", pero subrayó que no escatimará en esfuerzos para que Budapest se una al resto de capitales en su apoyo a este gravamen acordado a nivel internacional por la OCDE.
"Pelearé hasta el ultimo segundo de la ultima hora del último día de la presidencia francesa de la UE para que este texto sea adoptado", remarcó el titular francés de Finanzas.
El veto de la Hungría de Viktor Orbán llega por sorpresa, puesto que el país había dado el visto bueno a la iniciativa una vez consiguió una serie de excepciones durante los primeros meses de negociaciones y amenaza con mantener bloqueado un dossier que ya ha sido rechazado en reuniones del Ecofin dos veces antes.
Hasta ahora, Polonia era el Estado miembro que impedía el acuerdo (que por ser sobre fiscalidad necesita el visto bueno de todos los socios del bloque), pero Varsovia acabó levantando su veto coincidiendo con el desbloqueo de su plan de recuperación, cuya luz verde se espera también este viernes.
"Hace mucho que se han levantado todos los obstáculos técnicos. Ya no queda ningún obstáculo técnico", recalcó Le Maire, quien se marcó sacar adelante este proyecto como un desafío dentro de la presidencia francesa de turno de la UE, que acaba a finales de mes.
En su opinión, se trata de "una cuestión de justicia y eficiencia financiera" para conseguir que las multinacionales paguen una parte justa de impuestos y para combatir la evasión y la "optimización" fiscal.
Budapest sí planteó reservas en las primeras etapas de la negociación, pero el Gobierno húngaro aceptó el proyecto en abril tras conseguir una serie de excepciones, como que la llamada regla de inclusión de rentas (RIR) sea voluntaria durante un periodo de tiempo.
Esto acabó también con las dudas que tenía Estonia, mientras que Suecia y Malta se unieron al consenso cuando los Veintisiete retrasaron un año, hasta finales de 2023, la entrada en vigor del impuesto, lo que deja Hungría como el último socio en contra a día de hoy.
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