Túnez, 30 may (.).- Francia respalda las negociaciones entre Túnez y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para un préstamo de 1.900 millones de dólares, publicó este martes el Ministerio de Exteriores en un comunicado, mientras el país magrebí promete implementar un plan de reformas impopulares para evitar la bancarrota.
La ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, "reafirmó el pleno apoyo de Francia a las reformas económicas que decidirá Túnez para asegurar su desarrollo y preservar su modelo social, así como el apoyo en las conversaciones en curso con el FMI", señaló el ministerio al término de una reunión celebrada en la capital entre la canciller francesa y su homólogo tunecino, Nabil Ammar.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció en noviembre pasado la concesión de un préstamo de 200 millones de euros "a Túnez y al pueblo tunecino ante los desafíos que enfrenta el país" mientras que la Unión Europea donó 100 millones de euros para apoyar su economía.
Los bonos del Estado cayeron en abril a mínimos históricos después de que el mandatario tunecino Kais Said -que se arrogó plenos poderes en julio de 2021- asegurase que no aceptará los "dictados del exterior" y defendiese que el país puede valerse de sus propios recursos, aunque sin citar cuáles.
Túnez, con una deuda pública de cerca del 90% del PIB, espera la aprobación de este crédito -el tercero de la última década- para lo que promete reformas como la retirada de subvenciones a productos de primera necesidad y carburantes, la privatización de algunas empresas estatales y la reducción de la masa salarial de la Administración.
El poderoso sindicato UGTT, que cuenta con un millón de afiliados, amenaza con movilizaciones en caso de no alcanzar un consenso político y acusa al Gobierno de atacar el derecho sindical después de que varios de sus responsables hayan sido detenidos en los últimos meses tras convocar movilizaciones.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, alertó en marzo del posible "colapso económico y social" del país magrebí, mientras Italia multiplica sus declaraciones públicas a su favor con el fin de estabilizarlo y evitar el aumento de los flujos migratorios, que se han cuadriplicado en el primer trimestre del año con respecto a 2022.
Las consecuencias de la pandemia y la invasión rusa de Ucrania han ejercido aún más presión sobre la frágil economía tunecina, con una inflación superior al 10%, la más alta en tres décadas, y desabastecimientos intermitentes de productos básicos como el azúcar y el café.