Madrid, 31 ene (.).- Empresarios y emprendedores han destacado este martes la gran importancia que tiene para los inversores y la sociedad en general la apuesta de las compañías por la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático, mientras el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha asegurado que quien "no vea la importancia de la economía circular está acabado".
En este foro, organizado por la Fundación Repsol (BME:REP) y la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (Ceaje) en Madrid, se ha disertado sobre los nuevos modelos empresariales basados en la economía baja en carbono, como una ventaja competitiva para cumplir con los compromisos climáticos.
Durante la jornada, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha resaltado que “todos, no solo las grandes empresas", tienen que abordar este proceso de transformación, y "tenemos, tenéis, que hacerlo manteniendo la competitividad para seguir funcionando y mantener así el empleo de miles de familias”.
En este sentido, ha analizado el compromiso internacional -especialmente de Europa- para cumplir con los objetivos de la COP de París, celebrada hace más de siete años y en la que se logró un acuerdo histórico para luchar contra el cambio climático e intensificar las iniciativas y las inversiones necesarias para trabajar con fuerza por un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono.
Brufau ha incidido en lo necesario que es atender a los tres pilares del "trilema energético": sostenibilidad, seguridad de suministro y competitividad de esa energía, ya que priorizar uno de ellos en detrimento de otros sería inviable y no lograría alcanzar los objetivos de ninguno de los tres por separado.
Además, la invasión de Rusia a Ucrania ha evidenciado los defectos del sistema, el exceso de dependencia y la necesidad de atender a los tres ejes de ese "trilema".
En su intervención también ha analizado cómo desde Europa se puede impulsar indirectamente -por ejemplo- la producción de coches eléctricos en China, privando al Viejo Continente de esa actividad, además de dejar de fabricar otro tipo de vehículos tradicionales y lastrando el PIB europeo.
Algo que también se acaba traduciendo en que estos países tienen menos capacidad para poner en marcha medidas e iniciativas sostenibles y de lucha contra el cambio climático.
Garamendi ha señalado que “la transición energética tiene que ser justa y neutral” y ha añadido que, “si bien las empresas tienen que cumplir los objetivos de 2030, también tienen que obtener beneficios” para sostener su actividad y el empleo”.
El presidente de la patronal ha subrayado la importancia de apostar por la economía circular y ha enfatizado que "el que no lo vea, está acabado", al tiempo que ha explicado cómo en el actual escenario internacional en España se cierran plantas de carbón, mientras Alemania se abren y al final "pagamos el CO2 de los alemanes", ha dicho.
Por ello, ha abogado por hacer la transición energética con calma, "peldaño a peldaño", sin perder competitividad para poder mejorar en lo social y lo medioambiental.
Ha recordado que los inversores atienden más a los llamados "intangibles" cuando escogen una empresa y ha lamentado que en España se cambien "las normas permanentemente", lo que asusta a los fondos de inversión, al percibir que no existe una seguridad jurídica a medio plazo, ya que no hay claridad en la regulación y se modifiquen las reglas del juego.
Este escenario frena la inversión y la competitividad de España que, además, debería industrializarse, como mínimo según los objetivos que se marcaron entonces en la agenda 2020.
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