12 abr (Reuters) -Los economistas de Goldman Sachs (NYSE:GS) ya no esperan que la Reserva Federal de Estados Unidos suba las tasas de interés en junio, según una nota de análisis publicada el miércoles tras los datos que mostraron que los precios al consumidor se enfriaron más rápido de lo esperado en marzo.
Anteriormente, Goldman Sachs esperaba subidas consecutivas de las tasas en las reuniones de la Fed de mayo y junio. Los economistas de la firma, dirigidos por Jan Hatzius, indicaron en la nota que siguen esperando un alza en mayo.
La última predicción de Goldman sitúa a la firma en línea con las expectativas de otros inversores. Los futuros de tasas de CME apenas variaron tras el informe de inflación y siguieron dando a entender que los operadores esperan de forma mayoritaria un alza de tipos de 25 puntos básicos en mayo, ninguna en junio y una probabilidad significativa de un recorte en julio.
Goldman dijo que los últimos datos de inflación están en línea con sus expectativas y que su nueva previsión de no elevar las tasas en junio se debe a los indicios de que los bancos están frenando la concesión de préstamos tras la reciente quiebra del Silicon Valley Bank.
"Hemos descartado la subida de tipos en junio, en parte porque los escasos datos disponibles hasta ahora parecen confirmar que el crédito es, de hecho, algo restrictivo tras las turbulencias bancarias, y en parte porque algunos funcionarios de la Fed parecen dudar incluso sobre un alza en mayo", escribieron los economistas.
En otra nota a clientes, BofA Global Research señaló que los datos de inflación de marzo probablemente mantengan al banco central estadounidense en la senda de un aumento de tasas en mayo.
"A pesar de la mejora de marzo, la inflación sigue siendo probablemente demasiado alta desde la perspectiva de la Fed", escribieron los economistas de BofA.
El dato de inflación del miércoles se suma a los recientes indicadores que sugieren que la agresiva campaña de la Reserva Federal para controlar una inflación, que se encuentra en máximos de varias décadas, está debilitando la economía y afectando a los precios.
Los datos del Departamento del Trabajo mostraron que el IPC general y el subyacente subieron en marzo un 0,1% y un 0,4%, respectivamente, en tasa intermensual. Los economistas esperaban una subida del 0,2% y el 0,4%, respectivamente.
En términos interanuales, el IPC general subió un 5%, frente al 5,2% previsto por los economistas, mientras que el subyacente, que excluye la volatilidad de los precios de los alimentos y la energía, subió un 5,6%, en línea con las estimaciones del consenso.
(Reporte de Noel Randewich; editado en español por Carlos Serrano)