Madrid, 28 jun (.).- La electrificación es una de las herramientas con la que el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) 2023-2030, desde este miércoles en consulta pública, aspira a cumplir con su nuevo objetivo de reducción de emisiones, que ha pasado al 32 % respecto a los niveles de 1990.
En línea con esta "ambición", término que se repite en 34 ocasiones en el documento, el recién publicado escenario apunta a un posible cierre total del carbón en torno a 2025, cinco años antes de lo que planteaba el texto de 2020, como consecuencia de los últimos desarrollos en materia económica, técnica y regulatoria.
Resultado de ello, el Ministerio para la Transición Ecológica considera, por tanto, que el carbón como fuente de electricidad en España dirá adiós dentro del marco temporal de la aplicación del Fondo de Transición Justa (2021-2027).
Una tendencia a la baja que se observa en el mix actual, donde, a tenor del informe diario de balance de Red Eléctrica (BME:REDE), el peso de esta materia prima cae un 51,4 % en el acumulado del año, y supone un 1,5 % del total de generación.
UN MIX MÁS RENOVABLE
De acuerdo con la propuesta, que ha de remitirse a la Comisión Europea, para 2030 se estima una potencia total instalada en el sector eléctrico de 214 gigavatios (GW), un 34 % superior a la previsión del anterior plan, de los que 160 GW serán de generación renovable, y 22 GW, de almacenamiento diario, semanal y estacional.
Aunque el reparto todavía es orientativo y dependerá de la evolución tecnológica, se prevé que 62 GW sean energía eólica, con 3 GW de eólica offshore, y 76 GW solar fotovoltaica, incluyendo 19 GW de autoconsumo, que pasa a tener un papel muy relevante.
Además, habría 14,5 GW de hidráulica, y 4,8 GW de solar termoeléctrica, así como contribuciones de otras tecnologías de generación renovable.
En cuanto a las tecnologías no renovables, para 2030 se estiman 26,6 GW de ciclos combinados de gas y 3 GW nuclear, todas ellas centrales ya existentes en la actualidad.
Fuentes del ministerio aclaran estos niveles e indican que el modelo del Pniec tiene en cuenta las tecnologías con las que se cuenta en cada momento, así como su vida útil.
En el caso de los ciclos combinados, que generan electricidad a partir de gas natural, lo que eleva el coste de producción, su vida útil hace que estén en el sistema más allá del 2030, añaden.
SUBE LA DEMANDA ELÉCTRICA, BAJAN LOS PRODUCTOS PETROLÍFEROS
Una de las grandes palancas de la descarbonización es precisamente, para el Pniec, la electrificación -con hasta 70 alusiones en el texto-, que alcanzará cerca del 34 % de la economía, y aumentará en casi 9 puntos porcentuales respecto a 2019.
En este terreno de juego, el plan apunta a que la demanda eléctrica final pasará de los 235 teravatios hora (TWh) en 2019 a los 238 TWh en 2030, un 1,2 % más, en tanto que el saldo neto en fronteras será "claramente exportador" al final de la década, alcanzando los 51 TWh.
Este saldo está impulsado por la alta penetración de potencia renovable en el sistema, desarrolla el borrador, que destaca el incremento del porcentaje de generación renovable en el sector eléctrico al 81 % en 2030.
Íntimamente ligado está el descenso "muy importante, próximo al 34 %" respecto a los datos reales de 2019, que vaticina en el consumo de productos petrolíferos, ya que "debido a todas las medidas propuestas, la economía española será más eficiente en 2030 y menos dependiente del petróleo".
De cualquier forma, el consumo de energía final se reducirá en torno a un 17 % entre 2019 y 2030, a pesar de que la senda económica se antoja siempre creciente, un hecho que implicaría, sostiene el documento, avanzar en el desacoplamiento entre el crecimiento económico y el consumo de energía.
Eso sí, el incremento de la electrificación de la economía aumentará el consumo de la electricidad en torno a un 9 %, lo que contrasta con el de gas natural, que se reducirá en torno a un 21 %.
También al alza el consumo de las energías renovables, que repuntará alrededor del 51 %.
Por todo ello, la actualización del Pniec, cuyo texto definitivo no se conocerá hasta dentro de un año, entiende que las necesidades de la economía española en 2030 "se satisfarán de una manera más eficiente en términos energéticos".
En materia de inversión, estima la movilización de 294.000 millones de euros -un 85 %, de origen privado-, de los que el 40 % recalaría en energías renovables; el 29 %, en ahorro y eficiencia; el 18 %, en redes energéticas, y un 12 %, justamente, en electrificar la economía.