Por Tom Sims y Sinead Cruise
FRÁNCFORT/LONDRES, 27 jul (Reuters) - Los bancos europeos ofrecieron esta semana destellos de inesperadas buenas noticias en cuanto a los resultados, pero algunos ejecutivos han señalado un panorama sombrío para el resto del año en un contexto de inflación galopante, guerra y escasez de energía.
Deutsche Bank (ETR:DBKGn), el banco alemán de la mayor economía de Europa, informó el miércoles de un beneficio mayor de lo esperado para el segundo trimestre, que se vio favorecido por los ingresos comerciales en mercados volátiles y por la subida de los tipos de interés.
Sin embargo, al mismo tiempo, Deutsche abandonó un objetivo de costes para 2022, puso en duda su objetivo de beneficios y redujo las perspectivas de su división de banca de inversión global a medida que se reducen las operaciones.
"Los próximos meses seguirán siendo difíciles. Hay razones para creer que las cosas se volverán aún más difíciles económicamente", escribió el director ejecutivo de Deutsche Bank, Christian Sewing, a los empleados.
Esa imagen de pantalla dividida de un negocio sólido junto con una perspectiva más sombría se está reproduciendo en los bancos de toda Europa.
En una semana de publicación de resultados de los principales bancos, como UBS (SIX:UBSG), UniCredit (BIT:CRDI) y Lloyds Banking Group (LON:LLOY), los inversores han buscado señales para confirmar si una economía más débil, unos tipos de interés más altos y la guerra en Ucrania están condicionando el negocio y las perspectivas de los bancos.
Desde el estallido de la guerra, los bancos europeos se han visto sumidos en la confusión, tratando de cortar los lazos con Rusia, ejecutando una serie de sanciones más duras contra Moscú y navegando por una economía incierta y debilitada.
Los esfuerzos de los bancos centrales por frenar la inflación desbocada en toda Europa mediante el aumento de los costes de los préstamos han impulsado los resultados de varios de las principales entidades financieras, pero la gran pregunta que se hacen ahora los banqueros es si unos recortes más profundos del suministro de gas afectarán a los bancos y a las economías de la región.
Nicolas Charnay, analista de la agencia de calificación S&P, dijo que el impacto probablemente variará en toda Europa.
"Lo que probablemente no haríamos es una especie de acción de calificación amplia basada en Europa. Diferenciaríamos entre países, y potencialmente también entre bancos", dijo.
Esta afirmación refleja el panorama divergente que se desprende de los resultados de esta semana.
DESAFÍOS SIN PRECEDENTES
En Suiza, el martes, UBS, el mayor gestor de patrimonios del mundo, marcó la pauta con un aumento de los beneficios menor de lo esperado y la advertencia de su consejero delegado, Ralph Hamers, sobre un resto del año "incierto" y una confianza "débil". Las acciones del banco cayeron un 9%.
Por el contrario, el banco italiano UniCredit elevó el miércoles sus perspectivas para 2022 tras un segundo trimestre sorprendentemente fuerte en el que redujo su exposición a Rusia y siguió adelante con una propuesta de recompra de acciones que había dejado en suspenso.
Aun así, su consejero delegado Andrea Orcel dijo: "La economía mundial se enfrenta a retos sin precedentes y a mucha incertidumbre"
En Reino Unido, Lloyds Banking Group, el mayor banco nacional británico, aumentó su dividendo y su previsión de rentabilidad para todo el año, a pesar de los menores beneficios del primer semestre y de las turbias perspectivas de la economía del país, dado que el aumento de los tipos de interés supera el crecimiento moderado de las provisiones para préstamos problemáticos.
El director general, Charlie Nunn, dijo a los periodistas que uno de cada cinco de sus 26 millones de clientes se vio obligado a adaptar sus gastos de forma significativa, con 2,2 millones de cancelaciones de suscripciones a servicios de consumo como la televisión en streaming desde el verano pasado, y con un gasto adicional para una familia media de 89 libras más al mes en energía y alimentos.
Credit Suisse (SIX:CSGN), competidor de menor talla que UBS, informó de unas pérdidas mayores de lo previsto y de una remodelación de la cúpula directiva en su último esfuerzo por recuperarse de una serie de escándalos y pérdidas.
De trasfondo estaba la agitación del mercado asociada a la guerra, la inflación y la consiguiente aversión al riesgo por parte de los clientes.
"Prevemos que estas condiciones del mercado continúen durante los próximos meses", dijo Credit Suisse.
Con la subida de los tipos de interés en Europa por primera vez en décadas, los bancos están empezando a beneficiarse del aumento de la diferencia entre lo que cobran a los prestatarios y lo que pagan a los ahorradores.
Sin embargo, las mismas subidas de tipos también pueden desencadenar oleadas de impagos cuando los clientes tengan dificultades a la hora de cumplir sus obligaciones de pago.
Después de años de abundante liquidez, el reto al que se enfrentan los banqueros ahora es equilibrar la oportunidad de ganar más prestando más, al tiempo que se fijan los precios de los riesgos de forma adecuada en un contexto de deterioro de las perspectivas de crecimiento económico mundial.
El martes, el Fondo Monetario Internacional volvió a recortar las previsiones de crecimiento mundial, advirtiendo de que los riesgos a la baja derivados de la elevada inflación y la guerra de Ucrania se estaban materializando y podrían llevar a la economía mundial al borde de la recesión si no se controlan.
(Información adicional de Marta Orosz en Frankfurt; Valentina Za en Milán; Iain Withers y Lawrence White en Londres; y Oliver Hirt y Michael Shields en Zurich; Edición de Tomasz Janowski; traducción de Flora Gómez)