Madrid, 4 jul (.).- El número de contribuyentes que declararon haber recibido retribuciones dinerarias del trabajo por un importe superior a 150.000 euros bajó un 3,45 % en 2020, un año marcado por la pandemia de coronavirus y los confinamientos, con respecto al ejercicio anterior.
La Agencia Tributaria ha publicado este lunes la estadística de los declarantes de IRPF del año 2020, un año en el que se presentaron un 2,9 % más de liquidaciones, principalmente por la obligación impuesta a los perceptores del ingreso mínimo vital (IMV).
Así, el colectivo que más creció en número de declaraciones presentadas es el de resultado negativo o cero, con un total de 1,4 millones, un 33 % más.
Destaca asimismo la reducción del número de declarantes que recibieron retribuciones dinerarias del trabajo de entre 150.000 y 601.000 euros, del 3,1 %, y de más de 601.000 euros, del 6,7 %.
Las retribuciones dinerarias de rendimientos del trabajo incluyen lo percibido en concepto de salario, pensión o prestación de desempleo, pero no otros ingresos como los procedentes de actividades económicas, rendimientos del capital o ganancias patrimoniales.
En 2020 también disminuyó el número de declarantes con ingresos del trabajo inferiores a 1.500 euros (un 0,9 %), entre 12.000 y 21.000 euros (un 1,5 %) y entre 21.000 y 30.000 euros (un 1,7 %), mientras que creció en todos los demás rangos.
Atendiendo a los rendimientos del trabajo, para el conjunto de los declarantes las retribuciones dinerarias medias bajaron un 2,4 % -pasó de 24.231 euros a 23.638 euros-, aunque con grandes diferencias en función de los niveles de renta, ya que para los colectivos con ingresos de entre 30.000 y 601.000 euros, aumentó.
Quienes declararon ingresos del trabajo de entre 30.000 y 60.000 euros ingresaron de media un 0,12 % más; para el rango de entre 60.000 y 150.000 euros, un 1,4 % más, y para la franja de entre 150.000 y 601.000 euros, un 4,2 % más.
De hecho, la media de base imponible declarada aumentó para todas las franjas de renta excepto para la más baja (entre cero y 1.500 euros) y la más alta (más de 601.000 euros), que se redujeron un 2,1 % y un 1,1 %, respectivamente.