Por Francesco Canepa y Howard Schneider
FRÁNCFORT/WASHINGTON, 19 mar (Reuters) - Los principales bancos centrales del mundo tomaron medidas el domingo para reforzar el flujo de efectivo en todo el mundo, ante el riesgo de una rápida pérdida de confianza en la estabilidad del sistema financiero.
En coordinación con los bancos centrales de otros países, la Reserva Federal de Estados Unidos ofreció contratos "swaps" diarios de divisas para garantizar que los bancos de Canadá, Reino Unido, Japón, Suiza y la zona del euro dispongan de los dólares necesarios para operar.
El cambio anunciado el domingo es una modesta ampliación de un programa ya existente en el que la Reserva Federal (Fed) paga cada semana dólares a otros grandes bancos centrales a cambio de moneda local.
De este modo, la Fed ofrece préstamos a corto plazo de bajo riesgo que garantizan a las principales economías del mundo un suministro adecuado de la moneda de reserva mundial para satisfacer la demanda local.
Sin embargo, la acción coordinada del domingo no dejó de tener un carácter simbólico, al recordar a las medidas adoptadas para contrarrestar el impacto de la pandemia del COVID-19 en 2020.
Fue quizás incluso más análoga a las medidas adoptadas para apuntalar el sistema después de que el mercado inmobiliario estadounidense se desplomara, avivando una crisis financiera mundial y una recesión en Estados Unidos entre 2007 y 2009.
Los "swaps" diarios, que comenzarán el lunes y se extenderán al menos hasta finales de abril, "servirán como un importante respaldo de liquidez para aliviar las tensiones en los mercados globales de financiación, ayudando así a mitigar los efectos de tales tensiones en la oferta de crédito a hogares y empresas", dijo la Fed en un comunicado.
Los contratos de "swap" del banco central han mostrado pocos signos de crisis hasta el momento, con los bancos centrales extranjeros manteniendo "swaps" pendientes con la Fed por sólo 472 millones de dólares a 15 de marzo, frente a los 446.000 millones de dólares al comienzo de la pandemia y un máximo de 583.000 millones de dólares en 2008.
Pero los problemas entre los bancos estadounidenses de tamaño medio, así como el anuncio el domingo de un rescate de emergencia del gigante suizo Credit Suisse (SIX:CSGN) Group AG han suscitado inquietud por una crisis crediticia inminente y posiblemente contractiva. Una crisis de este tipo podría surgir si el público perdiera la fe en los bancos o los bancos perdieran la fe entre sí y empezaran a limitar su exposición a nuevos préstamos.
Los problemas de Credit Suisse, una de las mayores entidades financieras del mundo, conmocionaron los mercados globales la semana pasada, haciendo temer una nueva crisis financiera y amenazando con desbaratar los esfuerzos de los bancos centrales por atajar la elevada inflación.
La semana pasada, Credit Suisse se encontró en una situación de extrema necesidad de liquidez, hasta que su propio banco central le lanzó un salvavidas.
ESCENARIOS DE CONTAGIO
La medida coordinada anunciada el domingo permitirá a los bancos centrales de la zona euro, Reino Unido, Japón y Canadá ofrecer cada día préstamos en dólares a siete días a sus bancos.
Al menos dos grandes bancos europeos están examinando escenarios de posible contagio en el sector bancario de la región y esperan que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo intervengan con señales de apoyo más contundentes, según dijeron a Reuters dos altos ejecutivos con conocimiento de las deliberaciones.
La Reserva Federal y el Banco de Inglaterra celebrarán reuniones sobre tipos de interés esta semana, en las que tendrán que encontrar un difícil equilibrio entre su lucha contra la inflación y la preocupación por las turbulencias financieras.
Los analistas encuestados por Reuters esperan que ambos bancos suban los tipos en 25 puntos básicos.
Pero el economista de LH Meyer Derek Tang escribió que las acciones del domingo sugerían una mayor preocupación por "el riesgo de contagio financiero, y al margen podría poner (...) una subida de tipos por el FOMC el miércoles un poco más en duda".
"Anunciar una acción conjunta con tanta decisión proporciona una sensación de seguridad, pero también revela suficiente ansiedad por su parte como para sentir la necesidad de un mayor seguro contra malos resultados".
(Reporte de Francesco Canepa en Frankfurt y Howard Scheider en Washington; información adicional de Dan Burns en Nueva York; edición de Matthew Lewis y Bradley Perrett; editado en español por José Muñoz)