Madrid, 22 mar (.).- La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha negado que su intención sea cerrar refinerías, y ha asegurado que las palabras que pronunció al respecto el consejero delegado de Repsol (BME:REP), Josu Jon Imaz, no fueron más que "una pregunta retórica en un momento de inflamación".
"¿Cómo voy a querer que cierren (las refinerías)?" ha respondido este viernes Ribera en los 'Encuentros Metafuturo' de Atresmedia (BME:A3M), donde ha insistido en que la agenda del Gobierno ofrece una "oportunidad de modernización de la industria" para garantizar "su aportación al PIB y al empleo y que perdure mucho tiempo".
La vicepresidenta tercera ha querido restar importancia así a la polémica abierta con Imaz, que en la víspera se preguntó si Ribera quería que Repsol cerrase sus refinerías, y se rebeló "ante aquel que ve la industria como un problema".
El intercambio de declaraciones entre ambos viene de antes, hasta el punto de que, el pasado enero, la ministra acusó al consejero delegado de la multinacional española de "negacionismo climático".
Además, esta misma semana, Ribera publicó en sus redes un críptico mensaje -"Y llega a los tribunales el hartazgo por el #greenwashing"- después de que trascendiera la demanda de Iberdrola (BME:IBE) contra Repsol por supuesto blanqueo ecológico en su publicidad.
Un "momento de inflamación"
En su intervención, la titular de Transición Ecológica se ha remitido a la "terrible" realidad sobre el cambio climático, la cual se sustenta en "datos contrastados y cifras enormemente preocupantes" de los que se desprende, en primer lugar, la necesidad de reducir "drásticamente" el consumo de combustibles fósiles.
En este sentido, ha lamentado que Imaz use de forma peyorativa el término ideología -el consejero delegado de Repsol ha alertado en múltiples ocasiones de las consecuencias de afrontar la transición energética con un "enfoque ideológico"-.
"Me da la impresión de que cuando habla de ideología lo hace queriendo decir que se está impulsando algo partidista, sin fundamento", ha añadido.
En cualquier caso, entiende que la última reacción del directivo ha sido sólo "una pregunta retórica en un momento de inflamación", y ha recalcado que ella quiere "una empresa como la de Imaz enormemente potente en los años por venir".
Mientras tanto, "hay tiempo para ir virando el proceso hacia una empresa que provea servicios energéticos con una baja incidencia ambiental", ha apuntado.
Para Ribera, lo que es "muy difícil" es pedir que las cosas se queden como están, si bien ha incidido en que tiene la "convicción" de que eso no es lo que persigue el consejero delegado de Repsol.