Davos (Suiza), 19 ene (.).- El expresidente de EEUU Donald Trump, que podría recuperar en noviembre el sillón presidencial de la Casa Blanca, ha sido señalado en el Foro de Davos como uno de los factores que pueden influir en la evolución de la economía global en 2024, junto con una guerra a gran escala o una nueva pandemia.
En la sesión de clausura de la 54 ª edición del Foro Económico Mundial de Davos se han analizado las perspectivas económicas para el año entrante, marcadas por la urgencia de la transición verde y los conflictos geopolíticos que pueden derivar en una guerra a gran escala.
Pero también preocupa la posibilidad de que Trump, tal y como anticipan las encuestas, consiga en noviembre los votos necesarios para repetir mandato como presidente de los Estados Unidos, por la incertidumbre ante su programa económico.
"Nadie fuera de la familia Trump podía imaginar que su popularidad se disparara después de haber sido acusado de múltiples delitos", ha dicho el copresidente de la firma global de inversiones Carlyle (NASDAQ:CG) David M. Rubenstein.
Tal y como ocurrió en 2017, "hay algo que los analistas no han sabido detectar", ha dicho Rubenstein en referencia a la simpatía que despierta el expresidente entre los votantes estadounidenses.
Hay que reconocer que se trata de "una fuerza seria, que en Europa es evidente que no cuenta con grandes fans", pero hay que admitir que "si las elecciones fueran hoy, es más que probable que las ganara Trump", ha dicho el empresario.
Su influencia es tal que las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos sobre tipos de interés están condicionadas por las elecciones presidenciales, ha explicado Rubenstein, ya que "si hay recortes de tipos se interpreta que la Fed apoya al candidato de la Casa Blanca".
Aunque en Estados Unidos el debate económico se ha centrado en "si al aterrizaje iba a ser suave o agresivo", lo cierto es que 2023 ha sido un año mejor de lo esperado, y para 2024 el mayor riesgo es "que se desate una guerra global o que llegue una nueva pandemia", ha indicado Rubinstein, que también ha señalado a la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en cuestiones clave como la aprobación de los presupuestos.
El ministro alemán de Finanzas, Chirstian Lindner, ha matizado que "en Europa hablamos demasiado de Trump, y lo que tenemos que hacer es hacer los deberes en casa", es decir, prepararse para competir en los mercados globales con Estados Unidos y China y defender los intereses del viejo continente.
Lindner ha asegurado también que Alemania "no es el enfermo de Europa", sino que, "después de un periodo muy exitoso desde 2012 y estos años de crisis" es "un hombre cansado que ha dormido poco".
A su juicio, las expectativas de bajo crecimiento son en parte una llamada de atención.
"Ahora tenemos por delante una buena taza de café", ha dicho, en referencia a las reformas estructurales pendientes, y después "vamos a seguir para tener éxito", ha añadido el ministro alemán, después de que esta semana se conociera que el PIB alemán se contrajo en 2023 un 0,3 % tras crecer un 1,8 % en 2022, lastrado por las repercusiones de la guerra rusa contra Ucrania y por la alta inflación.
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