Atravesar el mundo desde Europa hasta un destino como Australia lleva actualmente unas 20 horas en un avión de pasajeros normal.
Pero una start-up suiza quiere reducir ese tiempo a poco más de cuatro horas, con un avión hipersónico de pasajeros propulsado por hidrógeno. Destinus ha estado probando su prototipo de avión durante los dos últimos años, y anunció el éxito de los vuelos de prueba de su segundo prototipo, Eiger, a finales de 2022.
Ahora, la empresa ha anunciado su participación en un programa del Ministerio de Ciencia español, dentro de los planes del Gobierno del país para desarrollar vuelos supersónicos propulsados por hidrógeno.
El Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), organismo que supervisa el programa del Ministerio, ha seleccionado el proyecto como iniciativa estratégica dentro de su Plan de Tecnologías Aeronáuticas (PTA).
Con una inversión global actual de 12 millones de euros, en el proyecto participan empresas y centros tecnológicos, así como varias universidades españolas.
"Estamos encantados de haber obtenido estas ayudas, sobre todo porque son una clara señal de que Destinus está alineado con las líneas estratégicas de España y Europa para avanzar en el vuelo con hidrógeno", ha declarado Davide Bonetti, Vicepresidente de Desarrollo de Negocio y Productos de Destinus.
"Para empresas de alta tecnología como nosotros, el acceso a estos fondos de recuperación de la UE es esencial para llevar a cabo investigación avanzada y acelerar la innovación necesaria para ser competitivos a escala global. Con estas subvenciones, las soluciones basadas en el hidrógeno para la movilidad aeronáutica estarán un paso más cerca de convertirse en realidad".
De Fráncfort a Sydney en 4 horas y 15 minutos
La energía del hidrógeno es objeto de mucha investigación y desarrollo, y sus defensores señalan sus credenciales ecológicas, ya que los principales subproductos de la combustión del hidrógeno son el calor y el agua.
La cantidad de calor generado plantea un reto de diseño. Investigadores de la Universidad RMIT de Melbourne acaban de desarrollar catalizadores impresos en 3D que, según afirman, pueden propulsar vuelos hipersónicos y actuar como agente refrigerante para combatir el calor extremo que se genera cuando los aviones vuelan a cinco veces la velocidad del sonido, que es de unos 6.100 kilómetros por hora (km/h).
A esas velocidades, las futuras aerolíneas comerciales podrían volar entre Londres y Nueva York en unos 90 minutos.
La start-up suiza Destinus afirma que su tecnología hará que un vuelo de Fráncfort a Sydney dure sólo 4 horas y 15 minutos, en lugar de 20 horas, mientras que un vuelo de Fráncfort a Shanghai duraría 2 horas y 45 minutos, ocho horas menos de lo que dura ese trayecto actualmente.
Destinus se asoció con el fabricante español de motores ITP Aero en junio de 2022 para desarrollar una instalación de pruebas de motores de hidrógeno. La subvención del Gobierno español financiará la construcción de una instalación de pruebas cerca de Madrid donde se pondrán a prueba los motores de hidrógeno de respiración aérea.
Un segundo proyecto subvencionado con 15 millones de euros financiará la investigación de aspectos de la propulsión por hidrógeno líquido. El proyecto se inscribe en la voluntad de España de situarse a la vanguardia del desarrollo y la producción de vehículos de movilidad impulsados por hidrógeno en diversos sectores.