Buenos Aires, 28 jul (EFE).- Argentina y Uruguay sellaron hoy un
acuerdo para el control ambiental conjunto al río que marca su
frontera común, pacto que pone punto final a una controversia
diplomática iniciada hace siete años por la instalación de papeleras
en la ribera uruguaya.
El acuerdo fue alcanzado por los presidentes de Argentina,
Cristina Fernández, y de Uruguay, José Mujica, en una reunión de
algo más de dos horas que celebraron hoy en la residencia
presidencial argentina, a las afueras de Buenos Aires.
Los cancilleres de ambos países, el argentino Héctor Timerman y
el uruguayo Luis Almagro, fueron los encargados de anunciar en rueda
de prensa este acuerdo, que incluye la realización de controles
científicos al río Uruguay.
"Con esto se cierra un capítulo de nuestra historia y comienza
otro, que es el de la cooperación, con el control medioambiental del
río Uruguay y sus zonas de influencia", destacó Timerman, quien
aseguró que ese recurso fluvial "se convertirá dentro de muy poco en
la primera frontera con un total y absoluto control medioambiental".
El conflicto se inició en octubre de 2003 cuando Montevideo
autorizó, sin consultar a Argentina, la instalación en la localidad
ribereña de Fray Bentos de una planta de la española ENCE, empresa
que finalmente desistió de concretar el proyecto industrial por la
controversia desatada.
Sin embargo, Uruguay autorizó la radicación en Fray Bentos de una
planta de la finlandesa Botnia, que comenzó a producir pasta
celulosa a finales de 2007 y que luego fue adquirida por la también
finlandesa UPM.
La actividad de Botnia fue fuertemente resistida por vecinos y
ambientalistas de la ciudad argentina de Gualeguaychú, quienes en
noviembre de 2006 iniciaron un bloqueo al puente que les une a Fray
Bentos, corte que levantaron recién el pasado 19 de junio para
permitir que los Gobiernos de los dos países negociaran un acuerdo
de control ambiental.
Almagro destacó que el pacto alcanzado hoy es el fruto del
trabajo "de las dos Cancillerías y de los equipos de medio ambiente,
aunque en definitiva han sido los dos presidentes los que han dado
la impronta final".
La controversia bilateral llegó a límites tan álgidos que en 2006
Argentina denunció a Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia
de La Haya.
Ese tribunal determinó en abril pasado que Uruguay violó el
tratado bilateral de administración compartida del río al permitir,
de forma unilateral, la instalación de la papelera de Botnia, pero
consideró que no está demostrado que la planta contamine, aunque
instó a ambos países a hacer controles conjuntos.
Según el texto del acuerdo, el monitoreo "comenzará con la planta
de UPM y la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay",
seguirá en Argentina con un establecimiento a elección de Uruguay y
a partir de entonces continuará alternativamente en uno y otro país.
Los controles serán realizados por un comité científico,
integrado por dos expertos argentinos y otros dos uruguayos, que se
creará en un plazo de 30 días en el seno la Comisión Administradora
del Río Uruguay (CARU), organismo integrado por los dos países.
El acuerdo prevé la "utilización de sensores y todas las otras
innovaciones científicas y tecnológicas que las partes acuerden
necesarias para el monitoreo de los efluentes líquidos y las
emisiones gaseosas que puedan acceder al río Uruguay".
Además, el comité hará controles en los establecimientos
agropecuarios, las plantas industriales y los asentamientos urbanos
ubicados en las costas.
Cuando se realicen en el margen derecho, los controles correrán
por cuenta de Argentina, y cuando sean en el margen izquierdo
correrán por cuenta de Uruguay, según lo acordado por los
mandatarios.
En los establecimientos industriales y agropecuarios los expertos
podrán ingresar hasta doce veces al año.
Los resultados del comité científico "serán elevados por la CARU
al Estado parte correspondiente a los fines de que implementen las
acciones que resulten pertinentes", indica el acuerdo, que añade que
"la información que se obtenga de estos controles será pública,
respetando los tiempos científicos". EFE
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