Londres, 27 nov (EFE).- El funcionamiento de hospitales, aeropuertos, colegios o tribunales del Reino Unido se resentirá este miércoles por la huelga que secundarán empleados del sector público en protesta por la reforma de las pensiones, tras un año de negociaciones infructuosas entre Gobierno y sindicatos.
Se prevé que 2,6 millones de funcionarios respalde la medida el día 30, durante una jornada en la que se prevé el cierre de dos tercios de las escuelas nacionales, retrasos de hasta 12 horas en el aeropuerto londinense de Heathrow y miles de cancelaciones de operaciones y consultas médicas en el Servicio de Sanidad británica (NHS).
El parón muestra claramente la oposición de esos trabajadores a la reforma de las pensiones del Gobierno, que propone elevar la edad de jubilación de forma que los funcionarios ya no podrán empezar a recibir su pensión a los 60 años, aumentar las contribuciones individuales y reducir la cantidad que se cobrará en la jubilación, que pasará a calcularse con una media del salario percibido en toda la vida laboral, en lugar de con la última remuneración.
Esas modificaciones son consideradas "injustas" por los sindicatos frente a la postura gubernamental, que defiende que son cambios necesarios para mantener bajo el coste del contribuyente puesto que las personas cada vez viven más años.
En un intento por evitar una huelga que ha recibido el apoyo de 30 sindicatos, el Gobierno presentó a principios de mes una nueva oferta "mejorada" que contempla que el retraso previsto de la edad de jubilación hasta los 67 años no afecte a los funcionarios que vayan a jubilarse la próxima década, que a su vez mantendrían invariable el monto de su pensión.
Además, para tratar de encontrar un punto de encuentro con los sindicatos, el Ejecutivo planteó también subir el límite de las contribuciones estatales y mejorar el ratio por el que las pensiones aumentan su valor anualmente.
Según indicó al dominical británico "The Observer" Brendan Barber, secretario general de la confederación sindical británica Trade Union Congress (TUC, siglas en inglés), el Gobierno "ha tergiversado deliberadamente la generosidad de sus propuestas".
Por su parte, el Ejecutivo continuaba anoche acusando a los líderes sindicales de "irresponsables" por alentar a sus miembros a secundar la huelga cuando la nueva oferta "protegería las pensiones de trabajadores de salarios medios y bajos".
En una entrevista que publica hoy "The Independent On Sunday", Ed Balls, el portavoz de finanzas del Partido Laborista, primero de la oposición, expresó su "enorme solidaridad" hacia los trabajadores del sector público que apoyan la medida.
Según Balls, es una "tragedia" que el Ejecutivo de conservadores y liberaldemócratas no haya podido evitar la huelga.
El parón laboral preocupa sobremanera al sector aéreo, y los pasajeros que salgan o lleguen al aeropuerto londinense de Heathrow ese día pueden afrontar retrasos de hasta doce horas.
De hecho, las colas en el área de inmigración -cuyos empleados prevén secundar el paro- pueden ser de tal alcance que muchos pasajeros se verían obligados a permanecer en los aviones porque las terminales no tendrán capacidad para albergar a tantas personas al mismo tiempo, según advirtió BAA (participada por Ferrovial) en una carta enviada a las aerolíneas que vuelan a Heathrow.
Las aerolíneas han expresado la preocupación por las consecuencias que la medida pueda causar a sus servicios.
Así, Virgin Atlantic ofrecerá a sus pasajeros que vuelen ese día la opción a modificar su viaje y British Airways (BA) también facilitará a sus clientes la opción de modificar su vuelo para unos días antes del 30 de noviembre o los primeros días de diciembre, siempre que la capacidad de los aviones lo permita. EFE