Lima, 1 feb (EFE).- Con un ritual andino de "pago a la tierra", unos 300 manifestantes iniciaron hoy la "Gran marcha nacional del agua" en la región peruana de Cajamarca, el centro de una corriente de oposición a la minería que, según organizaciones campesinas y sociales, pone en riesgo las reservas de agua del país.
Mientras un grupo de pobladores presentó ofrendas a la tierra alrededor de una laguna que será drenada de ejecutarse el proyecto minero Conga, uno de los organizadores de la manifestación, el exsacerdote Marco Arana, aseguró a los periodistas que ésta se realizará de forma pacífica.
Los organizadores plantean que los manifestantes lleguen de diversos puntos del país en una caminata hacia Lima el 9 de febrero próximo, para después desarrollar un foro sobre la problemática del agua en todo el Perú.
La movilización también fue secundada en la región norteña de La Libertad, donde un grupo numeroso de campesinos inició hoy una marcha hacia la ciudad de Trujillo desde las provincias andinas de Huamachuco y Santiago de Chuco.
La marcha es organizada por comunidades indígenas, organizaciones sociales y otros gremios, para exigir al Gobierno que preserve las fuentes de agua y manifestar su oposición a la minería, sobre todo cuando esta se realiza en las cabeceras de cuenca.
El ministro de Energía y Minas de Perú, Jorge Merino, afirmó hoy, sin embargo, que hay agua de sobra en la región de Cajamarca, donde se planea ejecutar el proyecto Conga.
Según el ministro, que compareció en una rueda de prensa ante corresponsales extranjeros en Lima, el Gobierno está trabajando para construir represas junto a una empresa privada, con lo cual se garantizará por mas de 30 años el agua en la ciudad de Cajamarca.
Merino señaló que la marcha nacional del agua "no contribuye" al desarrollo del país y reiteró que "llama la atención que haya otras autoridades que congregan una marcha del agua cuando en Cajamarca sobra el agua".
El proyecto Conga, a cargo de la empresa Yanacocha, la primera productora de oro en Suramérica, plantea una inversión de 4.800 millones de dólares y se mantiene suspendido desde la huelga de once días que realizaron los cajamarquinos en noviembre pasado.
La protesta culminó con la declaración del Estado de emergencia en tres provincias de Cajamarca tras un infructuoso diálogo entre representantes del Gobierno y los manifestantes.
El proyecto contempla drenar cuatro lagunas que se encuentran en cabeceras de cuenca, dos de ellas para extraer oro y las otras dos para vaciar los relaves.
Un informe extraoficial del Ministerio del Ambiente señaló su preocupación por las aguas subterráneas de la zona, al supuestamente encontrarse dentro de un ecosistema "vulnerable". EFE
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