Andrés Mourenza
Atenas, 12 sep (EFE).- La dura negociación para poder presentar el viernes al Eurogrupo un nuevo plan de ahorro para Grecia registró hoy leves avances, tras nuevas reuniones entre el Gobierno y la troika de acreedores internacionales, y entre los partidos que sustentan al Ejecutivo.
"Hubo un cierto avance en las negociaciones", resumió hoy lacónicamente el ministro de Finanzas heleno, Yanis Sturnaras, tras salir de la reunión con los jefes de misión de la troika que forman la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
Esta previsto que el viernes, haya o no acuerdo con la troika, Grecia presente al resto de Estados de la zona del euro un plan de ahorro presupuestario por valor de, al menos, 11.600 millones de euros, como muestra de su compromiso con las reformas que Bruselas le exige para seguir aceptando financiar al país mediterráneo.
Sin embargo, debe ser la troika la que, en su próximo informe de progresos, previsto para octubre o noviembre, dé el visto bueno a las reformas para que el resto de los socios europeos accedan a los 31.500 millones de un nuevo tramo del rescate a Grecia.
Los medios griegos han revelado que a Grecia se están exigiendo reformas laborales, como la ampliación de la semana laboral a seis días, y nuevos recortes de pensiones y salarios.
Estas exigencias no sólo han provocado la reacción en las calles, con nuevas manifestaciones que colapsaron hoy en centro de Atenas, sino que también están tensando las reacciones entre los tres partidos que sustentan al Ejecutivo, el centroizquierdista Dimar, el socialdemócrata Pasok y el conservador Nueva Democracia.
"Sigo con las líneas rojas que puso mi partido y la troika y los europeos deben entender que no se pueden aplicar medidas que pongan a prueba la cohesión social", declaró a los medios Fotis Kuvelis, líder de Dimar tras una reunión de las tres formaciones.
Evangelos Venizelos, líder del socialdemócrata Pasok, coincidió en su oposición a hacer cambios en los derechos laborales y a llevar a cabo despidos forzosos de funcionarios.
"La negociación es muy difícil. (...) Ellos tienen el dinero y nosotros debemos proteger a la gente", reconoció, y reiteró que el gobierno griego está tratando de convencer a la troika de llevar a cabo los recortes "en un sentido de justicia social".
Las diferencias en la coalición han llegado al punto de que el ministro de Reforma Administrativa, Andonis Manitakis, ha amenazado con dimitir si hay más despidos de funcionarios, según varios medios.
Manitakis argumenta que se podrían lograr 140.000 plazas menos de funcionarios a través de prejubilaciones y bajas incentivadas, pero la troika insiste en la necesidad de despidos forzosos por su carácter "simbólico", en palabras del representante del FMI Poul Thomsen, citado por el semanario "Athens News".
Thomsen fue hoy abucheado a la salida del Ministerio de Finanzas por un grupo de policías y bomberos que protestaba porque sus salarios serán reducidos por cuarta vez en poco más de dos años.
Junto a estos colectivos, también se han manifestado hoy profesores, médicos, farmacéuticos, empleados de la banca pública y hasta militares, que denuncian los planes de recorte de sus salarios.
Con todo, El diario "Kacimerini" publicó hoy que, según fuentes cercanas al Gobierno, el primer ministro, el conservador Andonis Samarás, estaría "determinado" a concluir "lo antes posible" el nuevo plan de austeridad para poder acceder, también rápidamente, a la ayuda.
La mayor confederación sindical de empleados públicos, ADEDY, anunció también hoy que se convocará una huelga general contra los nuevos recortes a finales de mes o principios de octubre, aunque la fecha no está fijada pues se está negociando sobre ella con la principal central sindical del sector privado, GSEE.EFE