Washington, 31 dic (EFE).- Mientras Estados Unidos trata de evitar el temido "precipicio fiscal", otro motivo de dura disputa entre republicanos y demócratas en el Congreso está cobrando protagonismo en la negociación final: el impuesto sobre la herencia.
Actualmente, en el tope de la escala de este impuesto, los patrimonios legados con un valor que supere los 5 millones de dólares pagan el 35 % de impuestos, y la mayoría de los estadounidenses respalda este gravamen vigente desde 1916.
Los sectores más conservadores, que se oponen a casi todo tipo de impuesto, repudian particularmente éste, al que llaman "impuesto a la muerte", porque para ellos representa un castigo al éxito económico que niega a los hijos el fruto de la labor de sus padres.
Si el presidente Barack Obama, la mayoría demócrata en el Senado y la mayoría republicana en la Cámara de Representantes no se ponen de acuerdo antes de la medianoche sobre cómo evitar la crisis fiscal, el impuesto máximo sobre la herencia subirá al 55 %.
Obama ha propuesto una fórmula que él describe como balanceada, y por la cual los recortes selectivos en los gastos del gobierno, incluidos en los servicios sociales que son casi intocables para los demócratas, debería estar acompañado por un aumento equivalente de las recaudaciones.
Dentro del enfoque "balanceado" de Obama, el impuesto sobre las herencias de más de 5 millones de dólares subiría del 35 % al 40 %. EFE