César Muñoz Acebes
Estambul (Turquía), 2 oct (EFE).- El director gerente del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, dijo hoy que,
aunque la recesión mundial ha concluido, la crisis continúa y alertó
de que el desempleo seguirá subiendo el próximo año en los países
avanzados.
Habló en vísperas de la Asamblea Anual de ese organismo y el
Banco Mundial, en un centro de conferencias de Estambul con vistas
al tráfico incesante del Bósforo, el estrecho que lleva del mar
Negro al Mediterráneo.
El trajín de los contenedores en el puerto turco y en el resto
del mundo se ha reanudado después de la caída tremenda de la
actividad en la primera mitad del año, uno de los indicadores de que
la recuperación ha comenzado.
"La economía ha pasado el punto de inflexión", dijo Strauss-Kahn
en una rueda de prensa y un discurso posterior en el Palacio
Ciragar. "Eso no significa que la crisis haya terminado", aclaró el
jefe del FMI, puesto que se trata de un repunte "frágil".
Se equilibra en dos patas endebles: los programas públicos de
estímulo económico y el reabastecimiento de los inventarios, dos
fenómenos que son temporales.
Strauss-Kahn afirmó que la recuperación económica podría
atrancarse "si la demanda privada en los países ricos es demasiado
débil para convertirse en el motor principal del crecimiento".
Lo que está claro, a su juicio, es que el desempleo seguirá
subiendo el próximo año en los países avanzados, donde la crisis ha
dejado ya sin trabajo a 15 millones de personas, un nivel no visto
desde la II Guerra Mundial.
En Estados Unidos superará el 10 por ciento el próximo año y en
la zona euro se acercará al 12 por ciento, aunque el país con la
situación más grave será España, donde el desempleo rebasará el 20
por ciento, según los pronósticos del FMI.
Frente a estas perspectivas aciagas, Strauss-Kahn pidió una
ampliación de la protección de las personas sin empleo.
El ex ministro socialista francés sugirió ayudas para la
formación, exenciones tributarias para los desempleados y recortes
temporales de las contribuciones de las empresas a la seguridad
social.
Más gasto público es una recomendación extraña en boca del FMI
cuando los déficit ya alcanzan dos cifras en muchos países, incluido
EEUU, donde supera el 11 por ciento del Producto Interior Bruto
(PIB).
Pero el organismo, por ahora, teme más aún que la recuperación
sea un espejismo breve y que el mundo vuelva a caer en la recesión.
Al mismo tiempo, aunque la sangre ha regresado en el último medio
año a unos mercados moribundos, el sistema financiero aún no
funciona con normalidad, según el FMI.
El jefe del organismo pidió avances en la reforma bancaria "para
limitar la actitud de toma de riesgos excesivos que todavía vemos en
algunas entidades financieras" y dijo que teme que la recuperación
enfríe el celo por cambiar las cosas.
"Existe el peligro de que sin reglas que impongan nuevos límites,
se formen de nuevo burbujas en los activos", advirtió Strauss-Kahn.
No será en Estados Unidos y Europa esta vez, sino en los mercados
emergentes, que están inundados de dinero de inversores que usan la
liquidez inyectada por los bancos centrales en los países ricos para
comprar valores de mayor rendimiento en las naciones en desarrollo.
Una vez que las tasas de interés suban en los países avanzados,
como es inevitable, este flujo de capital podría interrumpirse de
forma drástica, advirtió Strauss-Kahn.
La crisis también ha provocado el aumento del tamaño de los
grandes bancos, que han engullido a otras entidades con problemas.
Esos nuevos gigantes son un riesgo en sí mismos, dijo
Strauss-Kahn, pues una mala gestión de sus negocios podría repetir
el terremoto financiero que provocó hace un año el colapso del banco
de inversión Lehman Brothers.
En medio de la incertidumbre, Strauss-Kahn quiere convertir al
FMI en un pilar indispensable del nuevo orden financiero que
funcione como una especie de banco central mundial.
El ex ministro francés aseguró que muchos países acumulan un
elevado nivel de reservas porque "temen, y con razón, que se queden
solos si son objeto de un ataque especulativo sobre su moneda".
En su lugar, propuso que el FMI cumpla el papel de depositario de
reservas mundiales, a las que los países puedan echar mano en un
momento de necesidad.
Strauss-Kahn admitió que para ello necesitará más de los 750.000
millones de dólares que el mundo ha prometido darle. EFE
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