Londres, 10 oct (EFE).- El primer ministro británico, Gordon
Brown, rechaza las recetas de austeridad económica anticipadas por
el opositor Partido Conservador durante su reciente Congreso y
asegura que la economía británica crecerá con fuerza en 2010.
En una entrevista al diario "The Daily Telegraph" publicada hoy,
Brown afirma que "la economía crecerá un 1,5% el año próximo", una
cifra que contrasta con otras previsiones menos positivas, como la
del propio Tesoro británico, que la sitúa en el 1,25%, o del Fondo
Monetario Internacional (FMI), que la rebaja hasta el 0,9%.
Sin embargo, el mandatario señala que "más gente se ha aproximado
a nuestro punto de vista de que el Reino Unido es capaz de volver al
crecimiento a una tasa más alta el año que viene de lo que en un
principio se asumía, y a tasas más altas en el futuro".
En su primera declaración pública desde el Congreso de los
"tories", que presentaron un programa de austeridad económica para
un eventual Gobierno conservador tras las elecciones previstas para
junio de 2010, Brown consideró que los planes de los conservadores
supondrán un desastre, sobre todo para la sanidad y la educación.
"(Los conservadores) son pesimistas. Están a favor de una era de
austeridad, están a favor de recortar las ayudas, y por lo tanto de
propiciar que el desempleo continúe aumentando", argumenta.
Brown indica que "la sanidad y la educación no pueden sobrevivir
la escala de recortes de la que están hablando", y añade: "¿quiere
la gente un partido con una estrategia para salir de la recesión o
quiere un partido que es tan pesimista sobre el Reino Unido que te
dice por adelantado que te va a dar una era de austeridad?".
"La elección es entre personas como yo, que somos optimistas ante
el futuro de este país, y aquellos que piensan que las perspectivas
de esta generación son peores que las de la pasada", dice.
A mucha distancia de los conservadores en las encuestas de
intención de voto ante las elecciones del año que viene, el líder
laborista confía en que se cumpla su pronóstico de una rápida y
fuerte recuperación, que le permita tener opciones en las urnas.
Brown quiere fiar el resultado electoral a una "batalla" entre
optimistas -los laboristas- y pesimistas -los conservadores- y
recuerda que si la economía está recuperándose, justo un año después
de desatarse la crisis financiera internacional, es gracias a las
políticas aprobadas por su Gobierno y criticadas por los "tories".
Pese a afrontar la crisis, el escándalo de los gastos de los
parlamentarios, las críticas y dimisiones de miembros de su
gabinete, y las dudas de los jefes militares sobre la misión en
Afganistán, el líder laborista vuelve a demostrar que es un corredor
de fondo y asegura que "no ha sido el peor año de mi vida".
En este sentido, Brown rechaza hacer de la política una sección
más de la información sobre entretenimiento y asegura que ya ha
hablado suficientemente sobre su vida privada, en relación a la
muerte de su hija Jennifer y de sus problemas de vista.
"La gente sabe lo que me ha pasado. No intento hacer un secreto
de ello, pero estoy intentado seguir con el trabajo", afirma.
En cualquier caso, no renunciará al cargo ni dejará paso a otro
líder laborista. Preguntado sobre si alguna vez ha pensado que la
vida sería más fácil para él y su familia si dimitiera, contesta:
"ciertamente, sería más fácil, pero no es lo que voy a hacer". EFE