Teherán, 8 nov (EFE).- El presidente iraní, Mahmud Ahmadienyad,
se apuntó hoy una nueva victoria política al conseguir que el
Parlamento concediera libertad al Gobierno para decidir cómo gastar
el dinero del plan de sustitución de los subsidios por ayudas en
efectivo a la población.
El triunfo del mandatario no fue, sin embargo, completo, ya que
la Cámara decidió que el proyecto siga vinculado a los presupuestos
generales del Estado.
Ahmadineyad consiguió, además, que los parlamentarios renunciaran
a la cláusula que obligaba a iniciar el plan al principio del
próximo año fiscal, que en Irán arranca en marzo, informó la radio
estatal, que emitió en directo la votación.
La batalla por el control del polémico plan se endureció la
semana pasada después de que la Asamblea votase a favor de colocar
el beneficio del recorte de los subsidios en la gasolina y los
alimentos en una cuenta especial sujeta al presupuesto general del
Estado.
Días después, Ahmadineyad se presentó sin previo aviso ante la
Cámara para amenazar con la retirada total del proyecto si los
diputados insistían en sus medidas de control.
Además, advirtió de que había explicado la situación al líder
supremo de la Revolución, ayatolá Ali Jameneí, a quien había
solicitado su apoyo.
La controvertida ley, que para entrar en vigor debe ser antes
ratificada por el poderoso Consejo de Guardianes, ya fue rechazada
en su totalidad el pasado marzo por los diputados, que temían que
debilitase la frágil situación económica que atraviesa el país.
Sin embargo, la aprobación del grueso de la iniciativa el pasado
octubre pareció consolidar la posición de Ahmadineyad tras su
polémico triunfo electoral, contestado por la oposición reformista
que lo considera fraudulento.
Los críticos insisten en que el plan disparará la ya alta
inflación y colocará en una situación más difícil a las clases media
y baja, que tendrán más dificultades para llegar a fin de mes pese a
recibir un cheque del gobierno.
El Ejecutivo niega esta posibilidad e insiste en que atajará el
problema ya que moderará el consumo, e insiste en que sin ese peso
sobre el presupuesto del Estado, será menos vulnerable a las
presiones extranjeras. EFE