Por Kevin Yao
PEKÍN (Reuters) - China anunció el lunes su nivel de crecimiento económico trimestral más débil desde la crisis financiera mundial, aumentando la presión sobre las autoridades para que recorten los tipos de interés e implementen otras medidas de apoyo para evitar una desaceleración más aguda.
Los líderes chinos han estado tratando de tranquilizar a los inversores durante meses de que la economía se encuentra bajo control después de que una devaluación inesperada del yuan y un desplome de los mercados bursátiles locales en el verano boreal avivaran los temores a un aterrizaje forzoso.
La segunda economía más grande del mundo creció un 6,9 por ciento en el trimestre julio-septiembre frente al mismo período del año anterior, un poco mejor que la estimación de los analistas de un 6,8 por ciento, pero por debajo del 7 por ciento en el segundo trimestre.
Esta es la lectura más débil desde el primer trimestre del 2009, cuando la expansión cedió a un 6,2 por ciento. Sin embargo, los analistas creen en términos generales que la desaceleración de China será gradual y no tan calamitosa.
"Las presiones a la baja continuas de los sectores de bienes raíces y exportaciones hicieron que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) cayera a un 6,9 por ciento", dijo Louis Kuijs de Oxford Economics en Hong Kong.
"Creemos que el crecimiento general se debilitará adicionalmente en el 2016", dijo. "En un entorno así esperamos más medidas monetarias y fiscales expansivas".
Otras cifras de septiembre que también fueron reportadas el lunes revelaron una debilidad persistente de la economía china.
La producción industrial aumentó un 5,7 por ciento en septiembre respecto al mismo mes del año pasado, incumpliendo las previsiones de un incremento de un 6 por ciento.
Las inversiones en inmovilizado, un motor clave de la economía, subieron un 10,3 por ciento en los primeros nueve meses del año, por debajo de las estimaciones de un 10,8 por ciento.
Sólo las ventas minoristas rompieron la tendencia, creciendo a una tasa anual de un 10,9 por ciento, ligeramente mejor que las previsiones de una expansión de un 10,8 por ciento.
"El ritmo del PIB es sorprendente, teniendo en cuenta que las cifras mensuales de inversiones en activos de renta fija y producción industrial se desaceleraron considerablemente y mucho más rápido que lo esperado", dijo Oliver Barron, un analista de política china de NSBO en Pekín.
"Los datos sugerirían que las ventas minoristas están apuntalando los datos y hay otras áreas que el Gobierno está considerando en los datos de consumo y de servicios que no son recogidas en las cifras mensuales", agregó.
También hay un escepticismo generalizado acerca de la fiabilidad de los datos oficiales chinos. Algunos observadores del mercado creen que el crecimiento actual es mucho más débil que las lecturas del Gobierno, aunque las autoridades niegan las acusaciones de que las cifras estén infladas.