Marga Zambrana
Pekín, 1 ene (EFE).- El mayor Acuerdo de Libre Comercio (TLC) del
mundo por número de consumidores, el rubricado entre China y los
diez países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático
(ASEAN), con una población de 1.900 millones, entró hoy en vigor.
Por volumen de negocio, con unos 200.000 millones de dólares
(140.000 millones de euros) de intercambio en 2008, el TLC
China-ASEAN es el tercer del mundo, por detrás de la Unión Europea y
América del Norte (NAFTA).
El PIB combinado de los once países es de unos 6 billones de
dólares.
La entrada en vigor de hoy consolida un proceso iniciado entre
China y la ASEAN en 2002, cuando empezó a negociarse el TLC, y que
ha sextuplicado el volumen comercial entre estos países en menos de
una década.
En 2005 se aplicaron las primeras reducciones arancelarias, en
2007 se firmaron acuerdos sobre mercancías y servicios y el
documento de inversiones fue rubricado el pasado 15 de agosto: en
total ocho años de reducciones paulatinas de aranceles por lo que,
según los economistas, su eliminación no desequilibrará la economía
mundial.
De hecho, China se convirtió en los últimos años en el tercer
socio comercial de la ASEAN, arrebatando el puesto a EEUU y por
detrás de Japón y la Unión Europea (UE), y el acuerdo se firma en un
momento en el que la crisis global ha reducido las exportaciones
asiáticas hacia EEUU.
El paso dado hoy supone la eliminación de un 90 por ciento de los
aranceles comerciales entre China y Malasia, Indonesia, Brunei,
Filipinas, Singapur y Tailandia; y en la segunda fase, que entrará
en vigor en 2015, se eliminarán con Laos, Vietnam, Camboya y
Birmania, los cuatro miembros más jóvenes.
La mayoría de productos que inician su libre circulación contaban
hasta ahora con bajos gravámenes, de un 5 por ciento.
Pekín espera que el TLC impulse aún más el comercio entre los
once países, ya que supone un trato preferencial recíproco entre las
empresas de la ASEAN, y cuando el pacto esté plenamente implementado
7.000 categorías de productos circularán libremente por la zona,
según datos del Gobierno chino.
El 10 por ciento de los aranceles que se mantienen corresponde a
mercancías que afectan a la competencia entre los países más débiles
y el gigante chino, en concreto productos agrícolas, textiles,
electrónicos, componentes de automóvil o maquinaria pesada, cuyos
gravámenes se irán reduciendo poco a poco.
La organización desconoce todavía el impacto que el TLC pueda
tener en términos de ahorro entre sus 1.900 millones de
consumidores, pero espera que "todas las partes actúen de manera que
el ciudadano medio se beneficie de estas reducciones arancelarias",
en palabras del secretario general de la ASEAN, el tailandés Surin
Pitsuwan.
Detrás de las grandes cifras, existen grandes disparidades en el
grupo: el poder de adquisición de los cuatro países más ricos fue
diez veces superior al de los siete restantes el año pasado.
Los analistas creen que el masivo TLC beneficiará a los países
con recursos naturales y petróleo destinados a alimentar el
insaciable apetito energético chino, mientras que será un problema
para aquellos que tengan que competir con las exportaciones baratas
de la tercera potencia económica.
Los países productores de textiles, calzado y acero, como
Tailandia, Vietnam, Camboya e Indonesia, saben que su sector laboral
es más vulnerable a las exportaciones baratas chinas.
Indonesia, la mayor economía del sudeste asiático, está incluso
estudiando pedir una revisión del tratado para los que considera sus
sectores más expuestos a la avalancha amarilla: textil, productos
electrónicos, acero y petroquímicos.
En el caso de Vietnam, en 2008 arrojó un déficit comercial con
China de unos 11.000 millones de dólares, ya que su producción se
basa en exportaciones baratas, por lo que tendrá que identificar
nuevos nichos de negocio.
"El nivel de competencia es distinto en varios sectores",
reconoció Doan Duy Khuong, vicepresidente de la Cámara de Comercio e
Industria de Vietnam, citado por la agencia de noticias china
Xinhua.
"Esta competencia obligará a las empresas a mejorar y a buscar la
calidad, lo que será bueno para los consumidores", agregó.
En el otro extremo, los miembros de la ASEAN más favorecidos son
aquellos con pequeños déficit comerciales con China, como Singapur,
Malasia y Tailandia.
Malasia espera beneficiarse con el TLC, ya que exporta aceite de
palma, caucho y gas natural a China, y podrá aumentar sus
exportaciones agrícolas al país asiático, al igual que Vietnam y
Camboya, que no podrán competir con el textil chino, a no ser que
atraigan su deslocalización mediante su mano de obra barata.
Tailandia también puede ofrecer bienes agrícolas, así como
bebidas, joyería y cosméticos para la creciente demanda china;
mientras que Singapur ha aplaudido los beneficios liberalizadores
del TLC.
Las voces críticas, sin embargo, señalan que estos acuerdos
mantienen en la pobreza a los países más desfavorecidos, acuerdos
que, en formato bilateral o regional, han proliferado en los últimos
años hasta alcanzar el récord de los actuales 400, según cifras de
la Organización Mundial del Comercio (OMC). EFE